Nos queremos en las cimas es la traducción del título que la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada (FNDME) ha puesto a esta exposición itinerante que está recorriendo Euzkadi y que hasta verano de 2025 está ocupada con reservas. La misma consta de 20 paneles con más de 100 fotografías y textos en tres idiomas de índole histórico sobre las pioneras alpinistas y escaladoras. La comisaria y autora de este bonito trabajo es nuestra compañera de la comisión del centenario de la FVNA, Ana Diaz de Ure, responsable de la Vocalía de Igualdad de género de la FNDME.

El 15 de enero se inauguró en el Planetario de Iruña, dos días después de que Joseba Asiron fuera nombrado alcalde de Pamplona. Allí estuvo como primer acto de su segundo mandato al frente del Consistorio este profesor e historiador, siendo esta actividad con la que comenzamos como el primer acto oficial del centenario de la FVNA.

En uno de los paneles se puede leer la siguiente frase: No es alpinismo femenino ¡Es alpinismo!. En el mismo panel y en calidad de agradecimientos se constata que Todas las mujeres que salen en esta exposición son merecedoras de reconocimiento. Pero no solo ellas. Otras muchas anónimas montañeras, alpinistas, esquiadoras, escaladoras, guardas de refugios, guías, formadoras y también aquellas que trabajan por la igualdad en los clubes de montaña y en los organismos federativos, merecen una distinción por su lucha en favor de la igualdad en la ocupación de las cimas. Un agradecimiento muy especial a Antxon Iturriza por su generosidad y conocimiento de la historia alpinista vasca. Actualmente la exposición se puede ver hasta el 10 de mayo en Donostia, en Okendo Kultur Etxea, en la Avenida de Navarra. Seguido irá a Elgeta. El 21 de junio se inaugurará en el Palacio Euskalduna de Bilbao y, estando un mes en cada localización, luego se irá de gira a Gasteiz, Tafalla, Donapaleu….

Varias de las protagonistas son nonagenarias. Ellas cuentan cómo en la época que les tocó vivir era difícil que les hicieran un hueco también en nuestro deporte. Era una sociedad machista “y la mujer trabajaba en casa y no estaba bien visto que hiciera deportes y se masculinizara. Era un mundo de hombres”.

Sin duda que fue la creación de clubes de montaña a partir de la constitución de la FVNA en 1924 cuando las mujeres, digamos de clases populares, se acercaron al deporte éste, que mueve montañas.

Pilar Ganuza fue la primera navarra en ascender un ochomil, el Cho Oyu; mientras que Trini Cornellana la segunda mujer del Estado español que pasó de la cota de 7.000 metros. En la fundación del Club Alpino Bilbao, hace 100 años, entre las doce personas que estuvieron, una de ellas fue Raimunda Royo, la primera en terminar el Concurso de los Cien Montes entre 1914 a 1930. En Bizkaia es Yolanda Martín, guarda del refugio de Arraba en Gorbeia, la única en nuestro herrialde en hollar un ochomil, también el Cho Oyu, el 10 de noviembre de 1993, que fue ascendido por vez primera por una alpinista vasca el 17 de septiembre de 1992, siendo la guipuzcoana Amaia Arantzabal la que hizo dicha gesta. Tres días después será Ganuza la que lo sube. La alavesa Estitxu Salinas es la primera de su herrialde en hacerlo: fue el 22 de septiembre de 2009 y llegó a los 8.188 metros, a la sexta montaña más elevada del planeta.

No podía terminar sin citar a dos mujeres alpinistas vascas que son referente mundial en sus disciplinas. Edurne Pasaban, la primera mujer en el mundo en hacer los 14 ochomiles y Josune Bereziartu, la primera en completar una vía de nivel 9a, de extrema dificultad.

La fotografía que aparece sobre estas líneas fue tirada el día de la inauguración de la exposición y refleja en las sonrisas de las cuatro alpinistas navarras la ilusión por haber contado con ellas en este trabajo. De izquierda a derecha y delante de Ángel Ciganda está Maritxu Sorabilla, quien con 97 años sostiene un ramo de flores que se le entregó. A su lado su hija Orreaga Orayen, su nieta Naia López y Maite Ciganda. En el panel que tienen a la izquierda están María Ángeles Ciganda (fallecida) y la propia Maritxu, en 1950, en el collado del Pico de la Gran Facha, montaña de 3.005 metros que hace muga entre Huesca y Francia y que su ruta normal parte desde el refugio de Respumoso que nosotros los vascos construimos, y que la Federación Aragonesa se lo quedó cuando llegaron las autonomías, pero este es otro tema pendiente de contar.