El destino, en muchas ocasiones, es caprichoso y cruel. Muy cruel. Durante mucho tiempo, Luis Miguel Pérez, El Rubio, un fotógrafo aficionado de Santurtzi, luchó para que la Casa Torre de la localidad marinera acogiese la muestra que hasta el próximo 2 de mayo se podrá ver en este espacio cultural santurtziarra. Lo logró pero, por desgracia, no ha podido verlo puesto que el pasado jueves su cuerpo dijo basta y no pudo superar el cáncer de pulmón al que llevaba más de dos años y medio intentando vencer. Lo intentó con todas sus fuerzas, pero no hubo final feliz. Su fallecimiento a los 73 años deja un acusado vacío en Santurtzi, ese municipio que con su objetivo buscó retratar y hacer una fiel radiografía de su paisaje y su paisanaje.

Precisamente, esta última exposición se centra en el paisanaje santur-tziarra. En esa ciudadanía, en esas cuadrillas que hacen de la localidad marinera un lugar muy vivo, lleno de actividad y color. En el hall central de la Casa Torre se pueden disfrutar de cerca de medio centenar de instantáneas que El Rubio fue haciendo sobre todo a cuadrillas en eventos tan destacados en la localidad como, por ejemplo, los carnavales y las multitudinarias fiestas de El Carmen.

También hay espacio para los retratos, fotos que se centran más en el individuo, huyendo de lo colectivo; instantáneas que muestran a rostros bastante conocidos en la localidad. Por último, la muestra también cuenta con un paisaje, una fotografía que muestra el lugar que, posiblemente, más veces haya fotografiado El Rubio a lo largo de estas tres décadas en las que se entregó al placer de hacer fotos de su amado Santurtzi: el puerto pesquero. En su extensísimo archivo fotográfico hay cientos de instantáneas de este emblemático e icónico punto de la localidad marinera, al que, con su objetivo, El Rubio ha retratado casi de todas las maneras posibles.

Sin buscarlo, la muestra que se puede contemplar en la Casa Torre es el último regalo que El Rubio ha hecho a su amado Santurtzi, un municipio al que debido a su pasión por la fotografía, ha dado una memoria fotográfica de un valor incalculable. Ha sido el objetivo de cabecera del municipio en fiestas de El Carmen, en Carnaval y en cualquier evento que se desarrollase en el municipio. También retrató infinidad de paisajes de la localidad en múltiples ocasiones. Y desarrolló una gran labor en el club de fotografía de Bihotz Gaztea. Su objetivo buscó retratar con especial interés una zona de Santurtzi tan especial y con tanta personalidad como es el barrio San Juan. Con pasión y tesón, El Rubio se convirtió en un elemento imprescindible en los eventos santurtziarras. El fotógrafo de referencia. El que no se perdía una cita, el que, ya enfermo, intentaba seguir fotografiando la vida de Santurtzi aunque las fuerzas, en muchas ocasiones, no le sobrasen.

En los últimos tiempos, no verle en las citas y eventos más característicos del municipio, era una mala señal, era síntoma de que su salud estaba muy delicada. A partir de ahora, se le echará mucho de menos en todas esas ocasiones especiales de Santurtzi; la primera de ellas será el próximo día 23, día de San Jorge. Se echará de menos su afinadísimo objetivo, capaz de reunir a cuadrillas y captar momentos que han sido –y son– absoluta referencia en la localidad. En los últimos tiempos, la proliferación de los teléfonos móviles y de personas que, sin ningún rubor, se meten en medio de las escenas, habían dificultado su gran labor. “A ver, los de los móviles, que se aparten un poco. ¡Por favor!” se le escuchó en más de una ocasión. Santurtzi se ha quedado huérfano de su fotógrafo aficionado por excelencia, pero el destino ha querido que en la Casa Torre se pueda gozar del talento y el trabajo de Luis Miguel Pérez, El Rubio, una persona que, disparo a disparo, fue construyendo un grandísimo archivo gráfico que, con el tiempo, se valorará aún más si cabe en el municipio. Goian bego, Luis Miguel Pérez, El Rubio.