“¡Qué llega, ahí viene la novia!” Escoltada por sus hijos y entre aplausos, bajó del coche en el punto exacto en el que lo hacen quienes se disponen a entrar en la iglesia de San Severino para casarse. “Es que parece una boda” presidida también por la emoción, repetían sus sucesoras. La esperaban debajo de la fotografía en blanco y negro de gran tamaño que la retrata en 1944 con los brazos cruzados y la mirada lánguida fija en el suelo con una larguísima melena. Forma parte de la exposición de sesenta imágenes de la Pasión Viviente y, como homenaje, se colocó en el edificio en el que vivió en la misma plaza. A sus 97 años, Águeda Sancristóbal es un mito de la Pasión Viviente de Balmaseda y no se pierde la comida anual con otras Magdalenas en la antesala de la Semana Santa instaurada en 2008. Menos aún al cumplirse 80 años de su aparición el Viernes Santo que tanto se recuerda. Este año, además, la Asociación del Vía Crucis celebra sus bodas de oro y la reunión de Jesuses, que también tuvo lugar ayer, veinte. También los ladrones compartieron recuerdos alrededor de la mesa. Vírgenes y romanos, entre otros, seguirán el ejemplo en fechas próximas uniendo a la villa en torno a su tradición.

Aunque Jesuses y Magdalenas se comunican rápidamente a través de sendos grupos de WhatsApp, esta aplicación no existía cuando en 2004 ellos se pusieron manos a la obra a recabar datos de contacto de otros vecinos que habían cargado antes con la cruz. Entonces dio vida a Cristo Daniel Santamarina. “A alguien se le ocurrió confeccionar una lista con las direcciones de todos” y desde entonces conservan la costumbre de que “el Jesús saliente convoque la comida escribiendo una carta, es bonito encontrarse con vecinos a quienes le sacas treinta años o te los sacan a ti”. Lamentablemente, este año “han fallecido cuatro Jesuses”. “Vivimos 53, el mayor de los cuales, Roberto Reina, salió en 1958, y entre los 35 que hemos acudido a comer José Luis Vivanco, que le encarnó en 1970, nos gana al resto en edad”, repasó. “Ver cómo los mayores se marchan con una sonrisa nos hace felices, nos cogemos un cariño especial”, reconocía.

Arroparse

Gonzalo Menéndez, Jesucristo en 2019, coincidía en mencionar que lo mejor de la experiencia consiste en “vivir estas reuniones y conocer a la gente”. Rubén Vadillo ostenta el récord del Jesús más largo de la historia: de 2020 a 2022, pandemia mediante. “Es bonito reencontrarnos todos los años y arroparnos los unos a los otros”. Sobre todo, al protagonista de la edición, que no es otro que Jon Ortiz de Vallejuelo.

Todos le recomendaron que viva la experiencia manteniéndose fiel a sí mismo. A dos semanas vista, “empiezo a sentir la responsabilidad porque hasta que te toca no sabes realmente lo que supone”, confesó al concluir el ensayo. Al mismo tiempo, “tranquilo” por todo el trabajo de estos meses. Raquel Rodríguez acaparará los focos junto a él en el papel de María Magdalena. “Me han dicho que pasa volando. Entre los dos nos apoyamos mucho”; de hecho, sus compañeras compararon el binomio forman todos en sus años respectivos con un matrimonio a lo largo de estos meses. “Yo fui la primera que tocó a mi Jesús en el año 2000. Le avisé de que el Viernes Santo iba a hacer algo “ y el gesto de Graciela Rodríguez de Prado de acariciarle la cara cuando se encuentran nada más coger él la cruz realzó la escena en el Campo de las Monjas. Idoia Asensio también asistirá a la comida de las Vírgenes, puesto que lo fue en 2022. El rol de Magdalena le correspondió en 1980.

1974: prepararlo en 17 días

Aquel año se metió en la piel de Jesucristo Javier Orrantia. En aquella época “sí llevábamos barbas naturales, pero todavía no se representaba, por ejemplo, la Última Cena, que empezó en 1984”. Asimismo, integra la Asociación del Vía Crucis Viviente, al frente de los preparativos de la Pasión desde 1974. Tras la retirada del equipo anterior, “con apenas 17 días por delante un grupo decidimos cogerlo”, rememora José Ángel Ramón, Zarra. A partir de ahí, “comenzamos a escribir guiones, añadimos pasajes...” rebobinó felicitándose de que “ha ido entrando savia nueva en la asociación para cuando yo deje la dirección artística y participe como personaje”. Mención especial para “el trabajo invisible de vestuario” gracias a mujeres como “Charo Barcenilla” otra de las incombustibles, y “orden público, entre otros”.

Ante ellos y ellas en estas fechas en Balmaseda se cuadra hasta el equipo de gobierno. “Ya me avisaron de que alguno participaríamos...” deslizó el concejal de Cultura, Txetxu Txarramendieta, que se transformará en Santiago el Menor.