El Hospital de Cruces comenzó a realizar trasplantes de riñón a niños y niñas en 1994, y treinta años después, con 201 menores trasplantados, se ha consolidado como centro de referencia pediátrico para toda la zona norte. Han sido 91 niños y niñas de Euskadi, 16 de Navarra, 20 de Castilla y León, 25 de Galicia, 19 de Asturias, 19 de Cantabria, 7 de La Rioja, y 4 de Aragón los que han pasado esta operación.

En total, en Euskadi han sido 4.800 personas las que han accedido a un trasplante renal desde 1979, año en el que se hizo la primera operación de este tipo en la comunidad autónoma, en el hospital vizcaino de Cruces. Esto se debe, según han indicado desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco, "a la solidaridad de la sociedad vasca y especialmente a la generosidad de las personas donantes y de sus familias".

Y es que en Euskadi 9 de cada 10 familias de personas fallecidas responden favorablemente a la donación de órganos. Además, desde 2006 también está en marcha un programa de trasplante renal de donante vivo. En este sentido, Salud ha hecho extensivo su agradecimiento a la labor de los profesionales sanitarios y a los sectores como la judicatura, la medicina forense, y el transporte de órganos, así como a las asociaciones de enfermos.

Según los datos difundidos este miércoles por la Sociedad Española de Nefrología (SEN) con motivo de celebrarse mañana el Día Mundial del Riñón, cerca de 3.000 personas en Euskadi precisan de diálisis o de un trasplante de riñón para seguir viviendo.

Más visibilidad

En Euskadi, la prevalencia de la enfermedad renal crónica se sitúa por debajo de la estatal, mientras que los nuevos casos se sitúan en 135 personas por millón de habitantes frente a los 150 de media estatal. En una nota, la SEN reclama "un mayor esfuerzo" para dar visibilidad a esta patología, que sigue creciendo y que se estima que afecta ya al 15% de la población y que presenta un infradiagnóstico de más del 40%.

También reivindican que se desarrolle un Plan de Salud Renal de ámbito estatal, con el objetivo de avanzar en la prevención y diagnóstico precoz, así como promover la igualdad en el acceso a la atención sanitaria, independientemente de la comunidad de residencia.

Proponen, asimismo, fomentar los trasplantes de riñón, tanto de donante fallecido como de donante vivo, y potenciar las terapias de diálisis domiciliaria, ya que mejoran la autonomía y la calidad de vida de los enfermos.