La mesa de trabajo de educación de Sopela ha solicitado una reunión al Departamento de Educación del Gobierno vasco que, en un principio, está previsto que se celebre a lo largo de este mes. El objetivo es analizar la situación del proyecto previsto para paliar la situación de masificación que viven los centros educativos públicos de la localidad. En este sentido, la comunidad educativa de Sopela, representada por las AMPAs de los centros educativos públicos junto con responsables municipales como la alcaldesa, Guruzne Carrasson, y el representante de la segunda fuerza política del Ayuntamiento, Josu Landaluze, acudirán a la cita con el planteamiento de que “Sopela no se cierra a un IPI (centro integral) como propuesta de mejora, pero debería ceñirse exactamente a eso mismo, a un único IPI que englobaría la totalidad de la cobertura educativa: HH (Educación Infantil) en Loroño, LH (Educación Primaria) en Zipiriñe, y DBH y Batxillergoa (ESO y Bachiller) en Iberre”, explican.

Actualmente, tras el acuerdo alcanzado entre propietarios y Ayuntamiento para la ocupación anticipada de los terrenos de Abaro, y con la puesta a disposición de Educación de la parcela de Loroño, consideran que el Departamento de Educación ya tiene “los terrenos necesarios”, de manera que, “en menos de cinco años, todo podría estar en marcha y operativo”. Sin embargo, añaden que “lo que propone Educación es un proyecto que, en el mejor de los casos, implicaría un plazo mínimo de nueve años y eso si no lo rechazan por cualquier otro motivo”.

Por otro lado, desde la comunidad educativa de Sopela se sigue defendiendo la idea de que duplicar los IPIs –es decir, convertir Zipiriñe en IPI y construir uno nuevo en Loroño– implica “duplicar infraestructuras y recursos innecesarios, así que no se puede apoyar esa estrategia”. Del mismo modo, creen que “se perdería el acceso a diferentes subvenciones públicas en materia de Educación”. Al mismo tiempo, afirman que “la masa social del municipio no comparte la idea de contar con un IPI nuevo y un IPI viejo, ya que se abriría la puerta a una posible discriminación” y, por tanto, creen que se debería evitar esa confrontación.

Por todo ello, reclaman “compromiso y certezas, no propuestas y proyectos que se van diluyendo en el tiempo conforme se van cambiando los requisitos que se imponen para la construcción de nuevos centros educativos”. “Lo dijimos en su día y desgraciadamente tenemos que insistir: hay profesionales del sector educativo en nuestra comunidad que tienen que oír que cinco líneas son muchas, no son manejables, cuando en este momento, gracias a su buen desempeño, se están sacando adelante ese mismo número de líneas y además de manera satisfactoria”, destacan.

Igualmente subrayan su apuesta por un “sistema educativo público de calidad frente a los recortes”. Por último, hacen un llamamiento a la “escucha activa” y advierten de que es “ahora cuando se demuestra si se atiende o no lo que las familias reclaman y si las fuerzas políticas muestran su proactividad y compromiso con nuestra propuesta”.

En Breve

Propuesta. La comunidad educativa de Sopela defiende que no se cierran a un IPI como propuesta de mejora, pero creen que debería ceñirse un único IPI que englobe a la totalidad de la cobertura educativa: HH (Educación Infantil) en Loroño, LH (Educación Primaria) en Zipiriñe, y DBH y Batxillergoa (ESO y Bachiller) en Iberre.

Duplicidad. Creen que duplicar los IPIs (convertir Zipiriñe en IPI y construir uno nuevo en Loroño) implica duplicar infraestructuras y recursos innecesarios, y que se perdería el acceso a diferentes subvenciones públicas.