Si ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba en Fitur una inversión multimillonaria para ampliar Barajas, Inés Zalbide, cree que Bilbao necesita también extender su terminal para atender la brutal demanda de pasajeros.

¿Está de moda La Paloma?

-Bueno, no sé lo que está pasando, pero lo cierto es que la evolución que estamos teniendo ha supuesto que nos hayan pedido otros aeropuertos que les expliquemos nuestro modelo de funcionamiento. En Fitur, tengo dos citas con dos aeropuertos para mostrar Bilbao como modelo de buenas prácticas.

Y el hecho de contar con varios galardones influye en ese interés.

Todo suma. Los reconocimientos, como el último de ser Bilbao el mejor aeropuerto europeo en una lista de 200 aeródromos de todo el mundo, nos está viniendo de cine.

¿Qué ofrece el aeropuerto de Bilbao que otros no tienen?

Somos un destino diferente. Después de la pandemia las compañías aéreas apostaron por destinos seguros de Mediterráneo, sol y playa, pero ahora, por las conversaciones que tenemos, buscan nuevos destinos.

Y La Paloma ¿tiene potencial?

Sí, sobre todo porque se ha posicionado muy bien a la ciudad estos años. Aparecemos en el mapa mundial con una oferta diferenciada.

Este año se augura bueno pero no tanto como el pasado ¿o sí?

Las previsiones nos indican que habrá una pequeña caída este primer trimestre y luego ya entramos otra vez en recuperación, eso asegura un buen año. En términos acumulados seguiremos subiendo. Las aerolíneas que quedaron tras la pandemia ya están saneadas y se ve otra alegría. También entre los aeropuertos.

¿Cómo aeropuertos?

Hay unos cuantos de Europa que empiezan a tener Bilbao a la cabeza de sus listas de rutas no servidas, pero potenciales para abrir. Es ilusionante porque significa que queda poco para generar esos enlaces directos.

¿Cómo se mantendrá el tirón?

En 2023 el incremento de pasajeros vino por un mayor volumen de operaciones, pero también porque los aviones dispuestos por las compañías fueron más grandes, con lo que hay capacidad de aumentar.

¿A lo largo de todo el año o solo en verano, típica época para volar?

Hay que decir que ya está volando la misma gente en octubre que en julio. La intención es ampliar los meses buenos del aeropuerto al menos a mayo y consolidar octubre, no restringirlo a los meses de verano. Y seguimos trabajando por nuestro sueño dorado de un vuelo directo transoceánico.

¿Esa ruta no estaba descartada?

No, seguimos con ella. Por lo menos ahora las compañías nos reciben para hablar de esta conexión.

Hay interés entonces ¿de compañías americanas o europeas?

Hay de todo, es algo que está encima de la mesa, que antes ni estaba. Este verano pasado tuvimos la nueva ruta a las Islas Azores y funcionó también como un mini hub, un aeropuerto de salto hacia Nueva York, Chicago y Canadá con la low cost Azores Airlines. Con unos precios buenísimos ha funcionado fenomenal, con un intervalo de espera además muy cortito en las Azores. Es una opción que hay que trabajar. El sueño transoceánico sigue ahí.

Y eso que volar está teniendo críticas medioambientales.

Vemos un cambio en el comportamiento del consumidor respecto, a cómo asumen el tema de la sostenibilidad, bien por cuestión económica o porque ya no están dispuestos a hacer rutas con escalas para venir a Bilbao, que antes era lo normal. Sobre todo lo estamos recibiendo de los países nórdicos. Eso nos ha llevado también a cambiar nuestra fórmula de valoración de rutas.

¿Es necesario empezar a pensar en la ampliación del aeropuerto?

Sí, de forma rotunda, hay que empezar a pensarlo y mucho antes que cualquier otro aeropuerto de España de estas características.

El tope de la terminal, tras la salida de la plantilla de AENA al bloque técnico, es ocho millones de pasajeros, a poco que suba la demanda...

Hay que ver los modelos, depende de muchas variables que le afectan, pero sí hay que pensar en crecer y hacer la reflexión estratégica. Si hace solo dos años hubieras preguntado sobre las perspectivas del aeropuerto de Loiu, AENA te hubiera dicho la mitad de lo que hemos llegado.

Pero 2023 no se repetirá cada año.

Bueno, todos los aeropuertos han subido pasaje el año pasado pero aquí no solo es el resultado del trabajo en el sector turístico y aeroportuario, por detrás hay una estrategia de país con la generación de eventos tractores como el Tour de Francia en 2023. Para este año también hay eventos marcados de relevancia, igual no tan punteros pero también tractores.