Treinta años después de que el barrio de Zierbena –o por ser más riguroso la parroquia de San Román de Zierbena que junto a las de Abanto de Suso y Abanto de Yuso dieron lugar al ayuntamiento de Abanto y Ciérvana– se independizara de su municipio matriz, aún pervive la congoja entre los mineros que deben llevar en su identificación oficial el apellido del barrio que les abandonó. Una cuestión que comenzó en 1916 con el marqués de Foronda y que el Gobierno español ratificó en 1986 cuando el Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales impidió el cambio de nombre del municipio resultante de la división. Fue el artículo 30 de esa ley estatal la que señaló que “no se autorizará cambio de nombre cuando el propuesto sea idéntico a otro existente o pueda producir confusiones en la organización de los servicios públicos”. En el caso del municipio minero, la posible confusión se dio con el municipio de Abanto en la comunidad autónoma de Aragón.

Una realidad ante la que el grupo Indaz quiso poner en marcha un proceso que no ha llegado a buen puerto. Así, el pleno de Abanto-Zierbena rechazó sin ambages –incluida la abstención de los soberanistas de EH Bildu– la moción presentada por el grupo Indaz para que en el plazo de seis meses se sometiera a la ciudadanía del municipio minero el cambio de nominación del actual enclave, que lleva en su coletilla el término Zierbena, una parroquia, la de San Román, que formó parte de la creación del municipio, pero que hace más de 30 años decidió independizarse del núcleo minero.

No es urgente

Una cuestión que a nivel de taberna puede parece baladí pero que a nivel legal e institucional supone un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades del municipio matriz que a día de hoy deben gestionar una realidad ajena a la diatriba del nombre. “Todo el mundo es consciente en Abanto-Zierbena de que nuestro municipio debe tener personalidad propia sin el apellido de un barrio que se independizó, pero ello no debe hacernos perder la cabeza ya que una cosa es lo urgente y otra es lo importante, y cambiar de nombre después de 30 años no creemos sea urgente”, argumentó la portavoz socialista, Maitana Martínez, quien defendió que este debe ser un proceso que primero no puede estar encorsetado por plazos como propuso Indaz y porque necesita de un consenso popular en base a algo que sea posible”.

En este sentido el alcalde de la localidad, Iñaki Urrutia, incidió en que la puesta en marcha de este proceso para dotar a Abanto-Zierbena de un nombre singular y aceptado por la mayoría de sus vecinos, “requiere de un profundo análisis previo de la normativa legal que pueda afectar a ese proceso”, que esperan iniciar esta legislatura.

Urrutia incidió en destacar que, además del marco legal en el que pueda desenvolverse este proceso de cambio del nombre del municipio, hay que entender que cualquier propuesta debe contar con un rigor histórico que propicie que la alternativa resultante pueda contar con un respaldo mayoritario de la población. “Este es un tema importante pero ahora mismo consideramos hay otros asuntos más urgentes que merecen nuestro esfuerzo”, dijo.

Denominación

Reflexión

No urgente. El equipo de gobierno de Abanto Zierbena reseñó que su voto en contra de la moción de Indaz para resolver el cambio del nombre del municipio se debe entre otras cuestiones al encorsetamiento de fechas

30

Independencia. Zierbena se indenpendizó hace 30 años