El temporal Ciarán se ha hecho notar en tierra y, sobre todo, en aire. Un total de 32 vuelos se han visto afectados en el aeropuerto de Bilbao entre la noche del miércoles y la mañana de este jueves. En total, se estima que han sido 5.000 los pasajeros que han sufrido las consecuencias del temporal. Belén Ollero es una de ellas.

Esta bilbaina tenía previsto aterrizar en el aeropuerto de Bilbao a las 22.30 de este miércoles, sin embargo, no fue posible. Aunque su vuelo intentó aterrizar en 'La Paloma', las fuertes rachas de viento lo impidieron y fueron desviados a 'El Prat', donde han pasado la noche a la intemperie, durmiendo sobre el asfalto y sin apenas información. "No nos han habilitado ninguna sala, nos han tenido toda la noche en las dársenas del parking de 'El Prat', al aire libre porque había relativamente buena noche, con los niños durmiendo en la calle, en el asfalto", recuerda. "Estamos indignados por la falta de información, la falta de transparencia y sobre todo, por la poca empata que han demostrado", indica.

El aeropuerto de Bilbao este jueves por la mañana. Jose Mari Martinez

"Nosotros ya íbamos con dudas de si podríamos aterrizar o no en Bilbao porque la alerta naranja estaba ya prevista desde hace días", relata Ollero desde el autobús camino a Bilbao. Sin embargo, aunque las previsiones indicaban que los aviones iban a tener complicado aterrizar en 'La Paloma', el suyo, que venía desde Gatwick, Londres, lo intentó. "El vuelo iba bien y cuando íbamos a empezar el descenso nos comentaron que iba a haber turbulencias. El piloto intentó hacer una primera aproximación, incluso llegamos a bajar el tren de aterrizaje, pero nada. Había mucho viento y enseguida hizo la maniobra de ascender y nos fuimos directamente a Barcelona", cuenta.

"Se les iba acabando la comida y la bebida"

Fue cuando llegaron al aeropuerto catalán cuando comenzó su infierno y el de cerca de otros mil pasajeros. "Llegamos a Barcelona aproximadamente a las 23.15 horas y nada más aterrizar tuvimos una total de información, y la poca información que recibíamos en algunos casos era de una forma tosca y borde", relata. Al llegar, con la tarjeta de embarque pudieron ir a un restaurante para comer algo de comer, pero al llegar el personal estaba "saturado". "No estaban preparados para que entorno a 1.000 personas llegáramos a la vez. Se les iba acabando la comida y la bebida", recuerda.

Una vez habiendo pasado por el restaurante les indicaron que acudieran entre las dársenas 20 y 30 del parking de 'El Prat' porque iban a ir llegando autobuses para llevarles hasta Bilbao, pero nada más lejos de la realidad. Y es que no ha sido hasta las 7.30 horas de la mañana cuando han podido salir hacia casa. "Cuando llegamos a las dársenas salieron dos autobuses, tres como mucho. Dijeron que tenían preferencia los mayores y los niños, nos pusimos en la cola preferente porque tenemos un niño de siete años, pero de repente ya no había ni autobús, ni minibús", relata.

Noche a la intemperie

"Nos comentaron que a las 4.30 venían dos autobuses más, y después que nos iban a poner taxis. Y nosotros pensábamos: 'pero cómo nos van a llevar a todos los que estamos aquí en taxi, casi casi dejamos Barcelona sin taxis'", cuenta para indicar que constantemente tenían la sensación de que les estaban mintiendo. Los pasajeros tuvieron que pasar la noche a la intemperie, durmiendo a ratos sobre el asfalto esperando a que llegase un medio de transporte que los llevase hasta casa. "Tuvimos sensación de mucha impotencia, de no entender de cómo en el siglo XXI, con toda la información que tenemos, ya que ya se sabía desde hace días que había esta alerta naranja, no haya habido un protocolo y haya habido esta total improvisación", denuncia.  

Pasaron las horas y no fue hasta las 5.45 cuando llegó un primer autobús. Y fue ahí cuando los nervios si hicieron notar aún más entre los pasajeros ya que "había quien decía que los niños y los mayores primero no, que todos teníamos el mismo derecho". "Hubo varios pasajeros que incluso se pusieron en la carretera para no dejar pasar autobuses en señal de protesta", relata.

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Belén y otros pasajeros salieron hacia Bilbao a las 7.30 horas de este jueves, dejando otro autobús pendiente de llenarse y a otros pasajeros en las dársenas. "Nosotros nos hemos ido, pero no sabemos si están en camino o no", sentencia.

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