Cualquiera que se dé una vuelta por las angostas calles de Mundaka podrá observar que la chapa VT adorna numerosa estradas de edificios de la trama urbana de la anteiglesia costera. Y es que la localidad ha sufrido este verano, en el que la afluencia de visitantes ha sido mayor que en otras ocasiones, “la mayor presión de los últimos cinco años” por existir un 15% de la población residente alojada en plazas en viviendas turísticas –301 personas en 70 viviendas, según datos del Eustat–. Es por ello que los propios residentes han comenzado a tomar cartas en el asunto: son varias las comunidades de propietarios que han empezado los trámites para redactar entre sus normativas la inclusión de una prohibición expresa de que un vecino monte una vivienda turística en su edificio.

La presión turística a la que se ve sometido Mundaka está empezando a hartar a los residentes de la localidad costera. Tanto que incluso el asunto ha saltado últimamente a los plenos municipales, donde el PNV trató de presentar una moción que tenía por objeto proceder al inicio con carácter urgente de una regulación y control de los pisos turísticos “en aquellos ámbitos que son de estricta competencia municipal”. Decayó por falta de apoyos; EH Bildu y Herritar Alternatiba votaron en contra de la urgencia de tratar el asunto. Sus votos tumbaron la propuesta de los jeltzales, que en la explicación de los motivos alertaron de que “la no adopción de medida alguna supone un incremento cada día, cada mes, de más posibles licencias de pisos turísticos en nuestro municipio, siendo la presión turística que asumimos excesiva”. La urgencia quedaría “aun más justificada por tenerla muy presente cada una/uno de los corporativos de este pleno ya que lo hemos vivido durante los últimos meses de este verano. Es innegable que Mundaka vive una presión y una tensión turística importante por los más de 301 plazas en 70 alojamientos turísticos en pisos particulares que están ya registradas”, puntualizaron.

De hecho, la proposición del PNV establecía la adopción de algunas medidas en Mundaka, entre las que se incluían que los servicios municipales ejerzan un control sobre las viviendas y apartamento turísticos. Que se “realice un inventario detallado de donde están situados y localizados los apartamentos turísticos, con determinación de una ficha municipal con cada alojamiento, si cumple la normativa urbanística, la habitabilidad, numero de plazas máxima admitida por normas y ordenanzas municipales y demás extremos exigidos tanto por las autoridades turísticas como municipales” o que se apruebe “un plan de inspección continuo y periódico de estos pisos-establecimientos a efectos de verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos por la normativa vigente y futura, así como su habitabilidad, exigencias de la comunidad de propietarios, servicios...”. De la misma forma, instaron a que “se inicien los trámites de modificación de la ordenanza del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), a efectos de disponer para estos apartamentos turísticos en edificios de pisos, un IBI con recargo por este uso característico dentro del suelo urbano, por el especial esfuerzo que supone para el municipio este tipo de usos” o se modifiquen “las ordenanzas de residuos y en su caso de aguas y alcantarillado para analizar si este tipo de actividad supone un sobreesfuerzo para los servicios públicos, en cuyo caso deberá imponerse tasas diferenciadas y más elevadas”. Además, reclamaron que se implante “una tasa turística específica en este tipo de establecimientos de pisos como apartamentos turísticos, para lo cual se adoptarán las resoluciones y exigencias pertinentes a la administración turística competente, a efectos que autorice su implantación por ser Mundaka, consecuencia de estos pisos turísticos, un municipio que recibe gran presión turística”.

La isla de Izaro, vista desde la Atalaya de Mundaka. Pablo Viñas

El entorno

Urdaibai ya ha comenzado a dar algunos pasos, aunque tímidos todavía, para ir corrigiendo la situación. De hecho, la asociación de desarrollo rural Urremendi, empresas turísticas aglutinadas en Tourdaibai y Nekatur y ayuntamientos de Busturialdea han venido manteniendo encuentros –al menos, antes del verano– en los que los agentes de la zona manifestaron su “preocupación y necesidad de acuerdo ante el exponencial aumento del alquiler de viviendas de corta duración”, las conocidas como viviendas particulares para uso turístico (VUT) y las habitaciones de viviendas particulares para uso turístico (HVUT). Y pusieron datos sobre la mesa para mostrar la realidad: en noviembre del pasado año, el numero de esta modalidad de estancia era de 306 viviendas y 1.352 plazas, mientras que a finales de marzo, esa oferta se incrementaba hasta las 355 viviendas y 1.582 plazas. “Son datos significativos en una comarca en la que la oferta de plazas alojativas de los establecimientos es de 2.627, frente a las 1.582 que suman VUT y HVUT”, aseveraron, una tendencia que de seguir al alza “puede poner en riesgo la sostenibilidad” del sector del alojamiento de la zona. La situación de Mundaka, con una población residente de menos de 2.000 habitantes, es calificad de “desproporcionada si la comparamos con otros municipios limítrofes como son Bermeo de 16.755 habitantes, con 573 plazas en 164 pisos o Gernika-Lumo de similar población con 60 plazas en 15 pisos”, advirtieron los jeltzales.

En cuanto a las principales reclamaciones de las empresas turísticas se encuentran la petición a Eudel, el departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación Foral de Bizkaia o el departamento de Turismo Comercio y Consumo del Gobierno vasco de que “limite la proliferación de esta modalidad alojativa” y se adecue la oferta en cada destino a su capacidad de acoger turistas, “y en colaboración con los ayuntamientos, equilibrar por zonas para evitar sobre el desplazamiento de sus residentes y el deterioro en la calidad de vida en los barrios donde se produce su localización masiva”. Asimismo, instaron a desplegar “un plan específico de control” sobre estas nuevas formas de alojamiento, “estableciendo los mecanismos de fiscalización y sanción” en caso de que fuera necesario, ya que “los datos objetivos existentes llama a un necesario debate para consensuar el modelo turístico y el posicionamiento de muchos de los destinos de Euskadi afectados”, siendo esta una necesidad “especialmente relevante” en puntos de la costa vasca “afectados por problemas de congestión y sobrecarga de sus equipamientos durante la temporada alta”.

El apunte

Petición. La proposición del PNV de Mundaka –que fue tumbada por EH Bildu y Herritarren Alternatiba– establecía la adopción de algunas medidas, entre las que se incluían que los servicios municipales ejerzan un control sobre las viviendas y apartamento turísticos. A su juicio, la no adopción de medida alguna “supone un incremento cada día, cada mes, de más posibles licencias de pisos turísticos en nuestro municipio, siendo la presión turística que asumimos” calificada por los jeltzales de “excesiva”.