Hablar de Kerman Larruskain Garai es hablar sobre todo de música con apellido, el del pueblo de Gallarta al que vino al mundo un 4 de abril de 1937 aunque no hay testimonio de si lo hizo berreando o ya entonó algún que otro fino acorde ya que por sus venas junto a la sangre roja como el mineral de su tierra corre tinta de pentagrama. Un fluido inmortal que aún alimenta su alma cantarina, musical y jocosa que ha dejado un rastro visible de admiración entre cuantos le han conocido –incluso en Muskiz donde vivió un tiempo gracias a que lo tocó una casa minera que perdió por ser demasiado “pro obrero”– y que ahora con el paso del tiempo ha dado lugar al homenaje que le brindará el coro Bodegón, su querido coro Bodegón, el próximo viernes día 29, a las 18.00 horas, en el singular auditorio de la Ekoetxea de Ezkerraldea Meatzaldea.

Un modernista edificio que se asoma a la corta minera de la mina Bodovalle sobre la que un día se levantó su pueblo natal. “Seguro que al final se me escapa alguna lagrimita porque sin duda se juntarán muchas emociones ese día”, reconoce este ameno abuelo cuya nieta –tal vez viendo la vitalidad que recorre la figura de su aitite– “dice que tengo 68 años en vez de 86”, celebra este hombre orquesta que lo mismo lee con soltura en las claves de Sol en 2ª o en Fa en 4ª, “aunque antes también lo hacía en Do en 1ª” que toca al armonio, la trompeta, el onoben, el fliscorno y como no el bombo y los platillos que le endilgaron cuando lo tocó cumplir la “mili” en el regimiento San Marcial de la capitanía de la Séptima región militar en Burgos.

En el Nodo

Fue este paso por la mili en Burgos antes de ir destinado al acuartelamiento alavés de Araca el que le proporcionó una inesperada y simpática anécdota que ha recogido en un pequeño libro autobiográfico que ha repartido entre algunos familiares como sus hijos, un chico y una chica, que han heredado el gusto por la música y las bandas ya que el hijo toca el txistu en el fanfarria Aldatz Gora y ella, además de dominar la trikitrixa, está explorando la posibilidad de entrar en una batukada, según comenta Kerman quien lamenta que su nieta no siga los caminos de la música como antes lo hicieran su vástagos.

Kerman Larruskain ha cultivado varios instrumentos. E.Z.

La anécdota le sucedió en un cine –que evitó identificar– al que acudió a ver una película con la que era su novia, hoy día su compañera de vida, cuando durante la proyección del NODO ella se fijó en la pantalla y le preguntó a Kerman. “¿Oye, pero ese de ahí el del bombo y los platillos no eres tú?”. Kerman contestó entonces y recuerda ahora “que sí era él el del bombo”. “El motivo es que había un funeral de un militar de nuestra región militar pero a pesar de que había más bandas, como la de Ingenieros que casi nos doblaban en número de componentes, la cosa es que la banda oficial de la Capitanía era la de San Marcial y allí que nos llevaron para participar en el desfile que alguien filmó y allí me vi”, rememora este músico andante al que ni la mili pudo separar de su pasión musical.

Una pasión y dedicación que ahora centra en su coro Bodegón al que seguirá ayudando pero que hunde su raíces en los finales de los años 40, principios de los 50 del pasado siglo cuando Kerman iniciaba las clases de solfeo en la Academia Municipal antes de seguir dando lecciones con Dionisio Borea. Una larga formación musical a la que sumó sus primeros pinitos coralistas en 1951 en la Escolanía del Patronato –bajo la batuta de Eloy Azkona– y que fue cultivando con los años lo que le ha permitido además de cantar, tocar varios instrumentos o dirigir varios coros y e incluso para componer algunas melodías de neto sabor minero.

Homenaje

Relatos de un minero, Aquella Vía Txikita, Reloj de La Arboleda o Recuerdos y arreglos de otras obras como Yo nací para minero, de un músico anónimo que se basó en un texto del recordado escritor barakaldarra Carlos Ibáñez son algunas de las contribuciones al patrimonio músico coral vasco que se verán reconocidos. “En la asamblea anual del coro se planteó la idea de hacerle un homenaje. No por nada especial porque es un hombre comprometido con el coro que ayudó a crear. La cuestión es que creo que tenemos que hacer justicia, que según la RAE significa más o menos reconocer un mérito a alguien sin tener en cuenta ninguna otra consideración. Aquí la única consideración es la música su dedicación a la música. Lleva muchos años en la música y nosotros como coro queremos hacerle justicia con este homenaje”, reseña Javier Tejón , promotor de la velada laudatoria que tendrá lugar el próximo día 29 a las 18.00 horas en la Ekoetxea de Gallarta. “Va a estar abierto a quien quiera acercarse por allí a tributar este reconocimiento a Kerman. El problema está en el limitado aforo que tiene la Ekoetxea y sobre todo porque solo entre músicos y coralistas nos reuniremos cerca de 100 personas”, apunta Tejón. La velada contará con la participación del grupo de acordeones bilbaíno Arambarri Akorde On, la coral de la asociación de mujeres de Sanfuentes, el Orfeón de Sestao, la coral Pleamar de Portugalete, Aldatz Gora y el propio coro Bodegón cerrarán el emotivo homenaje bajo la experta batuta de Kerman Larruskain.