La desesperación económica a la que se ha visto abocado el joven mecánico Marcos Linero, vecino de Abanto-Zierbena pero con taller propio desde hace tres años en la calle Etxepare de Trapagaran, se ha visto desbordada y expuesta en las redes sociales después de comprobar que ni siquiera el Ayuntamiento en el que tributa –y al que ha servido en diversas ocasiones arreglando los desperfectos mecánicos en su flota de vehículos– cumple con los pagos en tiempo y forma.

Y no se trata de una cantidad descomunal, apenas 230 euros por la reparación de un vehículo municipal de la brigada de Obras y Servicios, pero para una frágil economía como la que sustenta a este empresario autónomo cuyas circunstancias familiares agravan su debilidad financiera, este montante económico le llevó incluso a plantearse no abrir en septiembre el taller de Autoengrase en el que trabajó como empleado durante 18 años antes de hacerse cargo del mismo.

“Debo tener cara de bueno o de tonto, no sé, pero me las están dando todas en el mismo carrillo y claro, la situación se me está volviendo insostenible. Tengo que pagar una hipoteca, hacerme cargo de mi hija, pagar los impuestos y todo para que entre los jetas que se hacen unos sinpas de lo más peculiares hasta la tardanza en el pago del Ayuntamiento me estén poniendo contra las cuerdas. Al final voy a tener que ir con mi coche y encartelarme en la plaza del Ayuntamiento y quedarme a dormir o entrar en el edificio con mi mono de trabajo lleno de grasa y no moverme hasta que me hayan pagado”, expresa con indignación este pequeño empresario, ahogado por los impagos.

Ahora mismo tengo varios vehículos inmovilizados a la espera de que vengan a pagar las reparaciones en las que yo he tenido que invertir tanto la mano de obra como, sobre todo, materiales y repuestos que he tenido que pagar a los proveedores o los IVA que yo he generado con las facturas que aún no he cobrado y algunas ya ni espero cobrarlas”, explica Marcos ante un poco disuasivo cartel que anuncia la obligatoriedad de Efectuar el pago al contado al retirar el vehículo”.

Solidaridad en Redes

Una situación que ha enardecido a la red en la página de Facebook El Altavoz de Trapagaran, en el que numerosos vecinos se han solidarizado con el calvario que sufre Marcos, máxime por lo que se refiere a la conducta municipal. “Eso sí, que no se te pase a ti ni un día algún impuesto que el recargo no te lo quita ni Dios”, señalaba una vecina que, como otros muchos comentarios, apelan a la necesidad de que el Ayuntamiento apoye al comercio local con medidas para agilizar los pagos a las pequeñas empresas del municipio.

Desde el Ayuntamiento echan balones fuera aludiendo a la procelosa metodología administrativa para el pago de los servicios o encomiendas contratadas o solicitadas por el Ayuntamiento –un pinchazo no se programa como un gasto previsto– pero lo cierto es que entre dimes y diretes, Marcos sigue teniendo que esperar el pago de una factura “emitida y presentada en el Ayuntamiento hace más de 100 días”.

A preguntas de los periodistas, el alcalde de Trapagaran, Miguel Ángel Gómez Viar explicó que “lo que tenemos que tener claro es que no se paga ninguna factura que no esté registrada. Cuando tú registras la factura te dan una copia del registro donde pone la fecha y la hora, y entonces lo que me dicen en Hacienda es que esta factura se ha registrado el 20 de julio. Luego, cada factura se va asociando a los diferentes departamentos y luego, tras el visto del responsable del área, se pasa al alcalde y lo firma”. Algo no cuadra sin embargo porque la factura mostrada por el empresario tiene sello municipal de junio.