A pesar de que los diversos pronósticos –incluidos los meteorológicos– apuntaban a que la fiesta de El Socorro de Pobeña iba a ser una jornada más de exaltación de la Virgen marinera que intercedió por un vecino del lugar en su travesía desde La Habana a La Coruña, motivo por el que se erigió en el siglo XVIII el templo a la referida advocación, lo cierto es que la divinidad no pudo evitar que un fallo en la red eléctrica que alimenta al templo peninsular obligara a celebrar las programadas misas matutinas a la luz de las velas y de las linternas.

Un detalle, sin duda menor, pero curioso en un tiempo en los que funcionan los servicios 24 horas y que a buen seguro conoce el Obispado y que hizo que los romeros y acólitos hubieran de rezar a media luz ya que el templo solo cuenta con la luz natural procedente de la puerta de acceso al templo y de una pequeña ventana que alumbra el coro.

Por contra, los vecinos de Pobeña y las numerosas personas que acudieron erre que erre a la romería costera, alumbraron con su presencia y su ánimo la fiesta religiosa en la que la Virgen marinera se toma unas vacaciones para instalarse en el templo parroquial de San Nicolás de Bari hasta el primer fin de semana de octubre –El Socorrillo– cuando retornará a su farallón rocoso. Una ubicación no exenta de necesarios cuidados como el que lleva a cabo la asociación Hilario Cruz –prócer del enclave muskiztarra– que ultima un estudio sobre la afección marina –especialmente los maretones– en el entorno playero de la roca que alberga la ermita y la pretérita gruta de San Pantaleón.

Paellas

La fiesta popular continuará hoy con el tradicional concurso de paellas. Una jornada que por la mañana estará amenizada por Etxebarria Aita-Seme Trikitilariak. Herri kirolak a mediodía, una sesión de Vermut Rock, el recibimiento a la prueba solidaria Mi estrella viajera, el concierto de R&R tributo a los 80 y la DJ local Kris pondrán el broche a la fiesta de este año. Aunque eso sí, en Pobeña no olvidan que la fiesta del Socorro tiene una segunda parte –más íntima, para los lugareños– cuando la imagen mariana vuelva a su refugio costero el primer domingo de octubre.

Mientras, la jornada de ayer estuvo marcada por las diferente cuadrillas de Ezkerraldea y Meatzaldea. como el club de Abanto-Zierbena de Las Carreras o los Txikiteros de Muskiz, que aún recordaban con nostalgia cómo al Socorro se acudía en carros o en cabalgaduras, o a pie para celebrar una romería que se desperdigaba por las campas de Pobeña y barrios aledaños. “Hoy los jóvenes nos miran con desidia por mantener una tradición que siempre ha estrechado lazos con otros barrios y pueblos en armonía disfrutando de una jornada de convivencia”, apuntaron.