Bizkaia estrenó el miércoles con una mañana típicamente estival. Los mercurios ascendieron con rapidez hasta alcanzar los 30 grados y, por eso, muchos optaron por empacar sus bártulos y conducir rumbo a las playas del litoral vizcaino. Sin embargo, alrededor del mediodía una galerna obligó a los y las bañistas a ‘escapar’ de los arenales.
Todo apunta a que las temperaturas bajas –no se prevé que este jueves los termómetros superen los 23º– , las fuertes rachas de viento y la llovizna que escupen las nubes que cubren buena parte del territorio nos acompañen durante la próxima jornada, para disgusto de muchos. “Echamos de menos la playa, sólo hemos podido disfrutarla en Conil”, se queja Ane Iturregi, quien ha tenido que desempolvar el chubasquero por el frío.
No es, ni por asomo, la única que ha rescatado la prenda del armario. De hecho, este julio se ha cerrado con una temperatura media de 20,22 grados, según los datos recogidos por Euskalmet. Éste es un valor suave si se comparan con los registrados en el Estado español y en otras partes del mundo.
Un estío típicamente vasco
El meteorólogo Edorta Román considera que, pese a la percepción general, este baile de chaquetas y paraguas entra dentro de la normalidad estival de Bizkaia. "La gente compara éste con el verano del año pasado, que fue muy caluroso, pero el de este año es un verano típico de Euskal Herria y de toda la fachada occidental atlántica europea", explica.
Elvira García coincide con él. Para esta bilbaina la temporada estival en su ciudad tiene que definirse por los episodios de lluvia. "La verdad es que yo estoy encantada. En Bilbao siempre ha llovido en verano, eso es así. Somos una especie de refugio climático, y me encanta", dice con contundencia.
Por otro lado, Margarita Martín, la responsable en Euskadi de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), sugirió a principios de junio que los chubascos y las tormentas se alternarán con días cálidos. Algunos serán sofocantes. Y es que también se prevén jornadas con temperaturas algo más altas de lo habitual.
Según Román, la principal causa de esta dualidad "es la alta actividad de borrascas" que se están formando de manera continúa en el litoral de las islas británicas. Concretamente, en la zona entre Gran Bretaña e Irlanda. "Hay un paso continuo de borrascas que provocan cierta dualidad. Es decir, hay viento cálido, del suroeste, que genera temperaturas más altas. Pero cuando entran por el norte, los termómetros bajan y generan lluvias", expone.
