La última publicación de Drogas y Escuela, publicada por el Instituto Deusto de Drogodependencias, del que es director Álvaro Moro, señala que el consumo de alcohol en jóvenes ha disminuido .

¿Hay un cambio de tendencia en cuanto al consumo de alcohol?

Más que un cambio de tendencia, los datos nos dicen que hay una evolución hacia un menor consumo de alcohol, que es una tendencia que viene desde principios de los 2000. En las mediciones que hemos hecho el consumo de alcohol ha descendido en la respuesta de una vez en la vida, lo que llamamos el consumo iniciático, de un 75% en 2006 hasta un 60% en 2022.

¿Cuáles pueden ser las razones?

El control parental, una mayor restricción en el consumo y también establecer normas más específicas por el alcohol, entre otras. Hay algunos estudios que apuntan cuestiones más económicas, que indican que las depresiones de carácter económico reducen el consumo por una menor disponibilidad de dinero. También se está investigando el impacto de la pandemia, ese confinamiento y cómo el retraso de la experimentación en el consumo de alcohol ha hecho disminuir su consumo entre los jóvenes.

Sin embargo, la edad del primer contacto con el alcohol sigue siendo muy baja.

El inicio del consumo, el probar, se produce, de media, a los 13 años y medio y la primera borrachera se registraría a los 14 años.

¿Cómo puede una familia abordar esta situación?

La mayoría de los especialistas hablan de una comunicación abierta, de información clara. Sobre todo, es importante no solamente la información sobre las drogas y sus efectos nocivos y efectos en la salud, sino también la formación sobre habilidades para la vida, competencias personales y sociales que les permitan a los chicos y chicas tomar decisiones informadas, autónomas y críticas frente al alcohol. Que seguramente vayan a consumir, pero es verdad que estas competencias ayudan a protegerse ante el consumo y realizarlo con mucho menor riesgo.

¿Continuará esta tendencia a la baja en el futuro?

Venimos históricamente de cifras de consumo muy altas. Creo que en los próximos años se estabilizará esta situación y veremos los efectos que puedan tener otros cambios sociales y económicos. Si se garantiza la inserción laboral de los jóvenes, el poder emanciparse y adentrarse en la vida adulta con responsabilidades, seguramente los consumos se mantengan a la baja en ese sentido.