ÚNICA vía de conexión entre Castilla y los puertos vascos durante siglos, la antigua Ruta del Vino y el Pescado conocida como GR-38 servía para conectar dársenas como las de Bermeo, Lekeitio u Ondarroa con La Rioja. Y tenía uno de sus puntos clave en el portal de Maume, en Muxika, que enlaza Durangaldea con Busturialdea, entre zonas montañosas vizcainas. Pues bien, dos ediciones de los auzolandegiak –campos de voluntariado juvenil de verano– impulsados desde el Gobierno vasco en colaboración con diversas instituciones vascas han sido suficientes para sacar a la luz un nuevo tramo de la calzada medieval utilizada desde el siglo XIV al XVI. Se trata de unos 110 metros de longitud que se encuentran a pocos centenares de metros del portal de Maume. Los jóvenes descubridores –de entre 14 y 17 años y llegados principalmente de Euskadi pero también de otros lugares del Estado– han podido desentrañar la historia del que “es el camino más viejo de Bizkaia” mediante las diferentes tareas –limpieza de la zona, prospecciones, etcétera– que han llevado a cabo estas últimas semanas de la mano del Ayuntamiento de Muxika y la asesoría de Agiri Arkeologia Taldea.

Era conocido que la calzada pasaba por el barrio de Maume. Así se había recogido en testimonios orales –un vecino de la zona dio el aviso de su existencia–, y también porque uno de sus tramos pudo recuperarse durante el pasado año. En todo caso, en esta edición de los campos de voluntariado ha sido posible efectuar nuevos hallazgos. “El año pasado, en 2022, comenzamos con una labor de recuperación, visibilización y limpieza de la calzada del portal de Maume. Es un bien patrimonial importante, diría excepcional”, ya que hoy en día “es el tramo de calzada más antiguo que se conserva en Bizkaia”, citó Juan Carlos López Quintana, de Agiri.

Este hecho ha sido posible a pesar de que unos trabajos forestales afectaron sobremanera al entorno en la década de los años 80. “En las inmediaciones de la calzada, además, han aparecido algunas inscripciones cristianas o cruces antiguas que pudieron haber sido realizados por quienes antaño transitaron por la calzada”, incidieron los organizadores de las tareas. “Su significado no está nada claro y sería interesante que los especialistas en la Edad Media pudieran analizarlas y conocer realmente qué significado tienen”, aseveraron. Incluso, las losas con las que se construyó el camino tienen marcas de las ruedas de los carros, unos vestigios que son testigos mudos del tránsito por el lugar durante siglos.

Maume y su importancia

El barrio de Maume, alejado del núcleo de Muxika, es un cruce de caminos entre la costa y la meseta, siendo considerado además un barrio “eminentemente rural con elementos de gran importancia histórica, cultural y etnográfica”. De hecho, en esa zona se ubican otros elementos arqueológicos como pueden ser los restos de la ferrería de Olea, declarada como “zona de presunción arqueológica”.

En todo caso, desde el Ayuntamiento de Muxika ya trabajan para tomar cartas en el asunto y que no vuelva a ocurrir lo de hace cuatro décadas y que se conserven de forma óptima los hallazgos realizados. Hay que tener en cuenta que la calzada “ya aparece como tal en 1366, año en que aparece citado en la Carta Puebla de Gerrikaitz”. Hallados los vestigios, la administración muxikarra encabezada por Begoña Enbeita continuará con las labores en años venideros.