Metro Bilbao eliminará en todas sus estaciones la diferencia de altura que existe entre los trenes y los andenes. Las platinas, a modo de pequeña rampa, permitirán facilitar el acceso a este transporte público a las personas que se desplazan en silla de ruedas aunque también resultarán beneficiosas para todos los usuarios del suburbano. Los trabajos supondrán una inversión de 175.000 euros y se acometerán, durante cinco meses, a partir del próximo noviembre.
Ya el año pasado, Metro Bilbao llevó a cabo una prueba piloto en varias estaciones para testar posibles soluciones al gap, ese hueco que en muchas líneas ferroviarias supone una brecha casi insalvable para las personas que se desplazan en silla de ruedas, familias que llevan carritos de bebé o cualquier colectivo que tenga algún problema de movilidad. El test se llevó a cabo en colaboración con asociaciones como la ONCE, que habían venido pidiendo con insistencia su eliminación.
A principios de verano se puso en marcha un proyecto piloto en las estaciones de Casco Viejo, Portugalete y Astrabudua, con dos sistemas que permiten salvar las distancias. Estas suelen ser de dos tipos: vertical, cuando el andén y la unidad se sitúan a diferente altura –generalmente el metro es el que circula más alto– y horizontal, que se produce cuando están en el mismo plano pero a una distancia de varios centímetros. Así, se instalaron plataformas para salvar la altura vertical y unas pletinas blancas, a modo de suplemento del andén que palía el hueco horizontal, en las estaciones de Portugalete, Astrabudua y Casco Viejo. Los huecos se concentran sobre todo en estaciones que tienen el andén en curva, aunque la distancia también depende de la dirección del convoy.
Finalmente, y con los resultados de estas pruebas encima de la mesa, Metro Bilbao ha optado por colocar pequeñas rampas en el borde del andén, que permitirán reducir la diferencia de altura respecto a los trenes. Se instalarán en las 42 estaciones de las líneas 1 y 2 de la red del suburbano –16 de superficie y 26 soterradas–, en los tramos del andén que coincidente con las puertas de acceso para las personas con movilidad reducida.
Estas están ubicadas en el primer y último coche de cada convoy. Sin embargo, y debido a que actualmente circulan servicios tanto con cuatro como con cinco unidades de metro, habrá tres rampas por andén en cada estación.
De esta forma, se instalarán 59 rampas, excluidas las que ya se colocaron durante la prueba piloto. La solución técnica seleccionada consiste en una pieza única en forma de rampa, de poliéster reforzado con fibra de vidrio, que se instalará en el borde del andén. Tendrá diferentes alturas, en función del escalón respecto al tren que se necesite cubrir, hasta alcanzar un hueco vertical medio de cuatro centímetros.
La medida permitirá que las personas que se desplazan en silla de ruedas puedan acceder a las unidades del metro con más facilidad, pero beneficiará todos los usuarios del suburbano, desde personas mayores que pueden tener dificultades para caminar, niños pequeños que pueden meter el pie, familias que empujan un carrito de bebé y cualquier persona que, en un descuido, puede sufrir un percance.
Accesibilidad
Estratégico
Mejora como objetivo. La mejora de la accesibilidad es un objetivo en el que Metro Bilbao trabaja de forma constante, desarrollando desde sistemas de audio en las máquinas expendedoras de billetes hasta paneles informativos en braille o bandas rugosas que marcan las rutas de salida hacia la calle.
Adaptación
Adaptaciones. La normativa actual obliga a todas las obras nuevas a incorporar todos los conceptos de accesibilidad, tanto física como cognitiva. Pero no era así cuando se construyó el metro, por lo que la adaptación de las estaciones y trenes para todo tipo de público se va realizando de forma paulatina, no solo en Metro Bilbao sino en otros muchos suburbanos del mundo, algunos de ellos centenarios. El objetivo es que todos los usuarios, independientemente de su condición, puedan utilizar este transporte público sin restricciones.