El consumo de ocio por parte de los más jóvenes ha cambiado tanto que es imprescindible que los referentes euskaldunes también se integren en medios de comunicación habituales en su día a día, como TikTok o Youtube, por ejemplo. Esta es una de las conclusiones de un proyecto piloto de Eusko Ikaskuntza y BBK Kuna para conocer lo que supone el euskera en la vida de jóvenes de entre 16 y 24 años de ocho nacionalidades y residentes en Bizkaia. “Hay que crear referentes euskaldunes que conecten con el mundo juvenil, profundizar en su función comunicativa y acercar el idioma a los ámbitos donde se sienten más seguros y cómodos”, determina el proyecto, que se ha desarrollado entre los meses de abril y mayo mediante cuatro sesiones de trabajo.

Bajo el título Euskaragaz egizu match, se ha tratado la experiencia piloto promovida por Eusko Ikaskuntza, con la colaboración de BBK Kuna, con el objetivo de destruir estereotipos y prejuicios entre estos jóvenes. “Últimamente está habiendo muchos estudios de universidades o de Soziolinguistika Klusterra que están poniendo en evidencia que el nivel de conocimiento es muy alto pero que no se refleja en los datos del uso, sobre todo en el caso de los jóvenes”, explica Koro Muro, coordinadora del proyecto, quien indica que esta iniciativa nació con el objetivo de comprobar cuáles son los motivos que favorecen este fenómeno.

Así, se ha tratado de sondear actitudes y miradas de la juventud hacia el euskera, de cara a “favorecer su integración, conocer lo que supone el euskera en sus vidas y la manera de promover la lengua en sus ámbitos formales e informales”. En la iniciativa ha tomado parte un grupo de catorce jóvenes de entre 16 y 24 años, todos ellos residentes en Bizkaia y naturales de Bilbao, Portugalete, Ea, Argelia, Marruecos, Venezuela, Nicaragua, Senegal, Kazajistán y Guinea Ecuatorial. “Muchas veces se hacen los estudios con un tipo de jóvenes muy concretos y no se tiene en cuenta todos los tipos de jóvenes que existen en Euskal Herria. Queríamos comprobar empíricamente qué era lo que pensaban los jóvenes y no solo los universitarios, sino los que son más jóvenes”, indica la coordinadora sobre la heterogénea selección de participantes: desde jóvenes euskaldun zaharras pasando por jóvenes de Bilbao y escolarizados en modelo D, a otros nacidos en Bizkaia de familias inmigrantes o inmigrantes llegados hace unos años.

Según los organizadores, todos ellos, además, mostraban actitudes diversas ante la lengua; desde la curiosidad y ganas de aprender, hasta la frustración al no poder utilizarla tanto como desearían en su vida diaria o, en el extremo opuesto, de rechazo de causa de malas experiencias escolares. “Hemos ratificado que a pesar de conocer el idioma, los jóvenes nativos no lo hablaban o no les gustaba hablarlo, por diferentes motivos. Sin embargo, los nacidos aquí de familias inmigrantes o los llegados más recientemente tienen una percepción diferente. Por un lado les interesa porque le ven un aspecto utilitario, saben que si quieren trabajar aquí van a tener que aprenderlo. Y, por otro lado, les pica la curiosidad. En el caso de los que provienen de algún país africano, que tienen como referente el francés, les resulta llamativo porque no tienen ninguna relación con otro idioma que conocen”, explica Koro Muro.

Consumos de ocio

En palabras de la coordinadora, “los consumos de ocio de estos jóvenes no tienen nada que ver con los que hacen las políticas educativa y lingüísticas”. Por ello, determina que hay que fijarse en qué les interesa, porque se trata de generaciones que apenas ven la televisión, por ejemplo, sino que pasan el tiempo en redes sociales como TikTok o Youtube, a las que no se ha prestado demasiada atención. “Hay que hacer un poco de autocrítica. En Euskadi se ha hecho un gran trabajo con la implantación del modelo D y la enseñanza en euskera. Pero tenemos que ir más allá y procurar que los jóvenes sientan el euskera como una herramienta comunicativa, no como una obligación”, considera Muro, quien indica que está muy bien que en ámbitos deportivos como la pelota haya referentes euskaldunes, pero a quien no le interesa la pelota difícilmente le va a llamar la atención.

Aplicando la metodología de innovación social GizarteLAB de Eusko Ikaskuntza los participantes han tenido la oportunidad de expresarse libremente sobre su percepción del euskera y sobre la situación de la lengua en los respectivos ámbitos de vida. De este modo, se han puesto de relieve en estas conversaciones estereotipos y prejuicios sociales que deberían ser superados. “Todos hacían hincapié en que es muy difícil”, expone la responsable del proyecto piloto, quien, además, apunta que los jóvenes manifestaban que la manera de enseñar euskera en los centros no era la mejor, porque lo asociaban todo el rato con la obligación, “con clases tediosas que acababan haciendo que le cogieran manía al euskera”. En el caso de los inmigrantes, esa dificultad se manifiesta al no encontrarle lazos con ningún otro idioma.

Entre los aspectos positivos de los talleres, Koro Muro declara que ha servido para poder derribar esos prejuicios uno a uno. “Es verdad que el euskera no tiene ningún parentesco con ningún otro idioma, pero todo el mundo puede aprenderlo. Hay un montón de referentes. Conseguí testimonios de africanos, japoneses…”, afirma la coordinadora, quien, no obstante, da la razón a los chavales que afirman que en el ámbito educativo no se estudia de forma atractiva. “Se trata de trabajar la idea de que hay otras formas de aprender euskera”, reflexiona.

En todo caso, considera que hay un “componente emocional muy fuerte” relacionado con el euskera, tanto positivo como negativo. “Es una herramienta que podemos utilizar para vincular el euskera con cosas positivas”, afirma. Así, esta experiencia piloto de innovación social ha demostrado, a juicio de Eusko Ikaskuntza, “las posibilidades de incidir de manera positiva sobre la mirada y la actitud de la juventud hacia la lengua vasca entre quienes, a futuro, tendrán un papel importante en el uso del mantenimiento del idioma”.

Proyecto piloto

‘Euskaragaz egizu match’. Eusko Ikaskuntza, en colaboración con BBK Kuna, ha capitaneado un proyecto piloto para conocer lo que supone el euskera en la vida de jóvenes de entre 16 y 24 años de ocho nacionalidades y residentes en Bizkaia.

Metodología. GizarteLAB desarrolla las capacidades sociales de las personas jóvenes, fomentando el aprendizaje colectivo y superando los retos en colaboración. Lo que propone es evaluar debilidades, prototipar soluciones y escalar experiencias.

Objetivos. Fomentar la sensibilización de la juventud bilbaina hacia el euskera; derribar estereotipos y prejuicios; identificar las claves, acciones y palancas para fomentar el uso y el aprendizaje del euskera tanto en ámbitos formales como informales.