¿Celos profesionales, incompatibilidad de caracteres, abuso de poder...? Sea cual sea la causa del conflicto en el lugar de trabajo, el psicólogo Miguel Mencías ofreció ayer en Bilbao claves para afrontarlo.

¿Qué motiva la mayoría de conflictos en el entorno laboral?

Los factores son diversos. Los de origen organizacional tienen que ver con cómo gestionamos la comunicación interna –fuente de rumores y cuchicheos–, el reparto ecuánime de las tareas, no tener muy claro cuáles son las funciones a desempeñar, que las peticiones laborales sean contradictorias entre distintos superiores o que vayan en contra de nuestros valores. También una mala gestión de la diversidad cultural puede ser origen de conflictos. Los factores de origen personal tienen que ver con cómo nos relacionamos con nuestros compañeros, cómo se hacen peticiones, con la falta de habilidades sociales... También los rasgos de personalidad tienen importancia a la hora de aparecer tensiones en el entorno laboral.

¿Cómo afrontar estas disputas? ¿Qué no hay que hacer nunca?

Cuando entramos en disputas o conflictos es importante pedir apoyo a un superior que pueda interceder en el conflicto o bien a otros compañeros de trabajo que puedan ayudar a solventarlo. Es importante también no dejarse arrastrar por las emociones que pueden llevar el conflicto a situaciones mas serias como la violencia. Debemos centrarnos en el problema, no en la emoción.

No soportar a un compañero de mesa puede ser desquiciante.

Los conflictos con compañeros pueden llevar a situaciones emocionalmente desesperantes. Pasamos con ellos más tiempo que con nuestros familiares o amigos. Acudir al trabajo pensando que vas a pasar por un calvario puede llevarnos a tener otros problemas psicológicos más graves. Es importante no resignarse y expresar a la otra persona cómo nos sentimos de una manera firme, empática y respetuosa. Estas situaciones no suelen solucionarse por sí solas.

¿Desembocan a menudo estos conflictos en bajas laborales?

Las situaciones de conflicto aumentan significativamente el nivel de estrés de la persona, lo que puede derivar en ansiedad, depresión, trastornos psicosomáticos... que provocarán que solicite una baja. Las bajas laborales de carácter psicológico son incapacidades que suelen tener una larga duración y esto también implica un perjuicio para la organización. De ahí la importancia de gestionar adecuadamente estos conflictos.

El trabajo está en juego. ¿Añade estrés, miedo, impotencia...?

Un aspecto que puede favorecer un mayor problema de salud psicológica es la importancia que le demos a ese puesto de trabajo. Si la situación se hace insostenible porque no se aplican soluciones al problema, habrá personas que opten por el abandono de la organización. Otras, en cambio, en función de la posibilidad de buscar otro trabajo y de la necesidad económica, optarán por seguir adelante y eso aumentará su insatisfacción, su absentismo y su salud en general.