El alza de los precios se está notando, y mucho, en los bolsillos de los vizcainos: dos de cada tres reconoce que ha tenido que modificar su cesta de la compra y apretarse el cinturón ante la galopante inflación. Otro dato: más de un tercio de los habitantes del territorio canceló o redujo sus vacaciones de Semana Santa porque el presupuesto familiar no daba para más.

Así se desprende del último estudio de opinión que realiza periódicamente la Diputación Foral de Bizkaia, elaborado a finales del pasado mes de abril, en el que la actividad económica y el empleo vuelven a situarse como principales preocupaciones de los vizcainos. Superada ya la pandemia, la sanidad y la salud pierden posiciones en el ranking de los quebraderos de cabeza, situándose ya por detrás de otras cuestiones como la vivienda y la inseguridad ciudadana.

Preguntados específicamente por el impacto de la subida de precios y la inflación, una de cada tres personas entrevistadas reconoce que el embate en su economía familiar ha sido muy fuerte. ¿La fuerza del golpe? Un 7,62 sobre 10. Muchos se han visto obligados a modificar sus hábitos de consumo: un 62,6% ha variado su cesta de la compra para ajustarlo a sus posibilidades, el 35,3% canceló o rebajó sus planes para las vacaciones de Semana Santa, y un 28% usa menos el coche por la carestía del combustible.

Prospección electoral

Con las elecciones forales a la vuelta de la esquina, el estudio también ha preguntado a los ciudadanos qué opinan sobre los candidatos y candidatas a diputado general. La mejor valorada es Elixabete Etxanobe, propuesta del PNV para encabezar la Diputación los próximos cuatro años, que recibe un 6,38 sobre 10 de nota; en el extremo contrario, Niko Gutiérrez, candidato de Vox, apenas obtiene un 1,66, la peor puntuación entre todas las candidaturas.

El candidato más conocido es el de EH Bildu, Iker Casanova, mientras que Gutiérrez vuelve a aparecer en esta lista ya que su nombre apenas le suena a uno de cada diez electores.

El estudio también refleja que el PNV volvería a obtener la representación más alta en las Juntas Generales: con el 43,3% de los votos, repetiría sus 25 apoderados actuales o incluso ganaría uno. La segunda fuerza sería EH Bildu, con un 22,1% de los votos, ganando un punto respecto a los comicios de hace cuatro años y aumentando hasta los 12 o 13 sus diez junteros actuales. El PSE perdería 1,3 puntos en porcentaje de votos (hasta el 16,6%) pero mantendría sus ocho representantes en el legislativo vizcaino. Tanto Podemos como el PP perderían representación: la formación morada se quedaría con cuatro de sus seis asientos actuales y el PP solo mantendría uno de los dos que ha tenido esta última legislatura.