Con 19 años puede presumir de un palmarés envidiable. Naia Aramendia (Sopela, 2003) se ha proclamado recientemente campeona de España tras ganar la Copa de España en Sierra Nevada. Es la tercera vez que consigue ser la monarca estatal tras las victorias obtenidas los dos años anteriores en Baqueira Beret y Sierra Nevada. Un nuevo éxito deportivo que valora con satisfacción después de ofrecer un óptimo rendimiento durante todo el año. “Estoy muy contenta con esta temporada porque me he mantenido en lo más alto en todas las competiciones de España”, señala.

En este sentido, Naia ha logrado imponerse en la Copa de España, que consta de tres competiciones, es decir, de tres fases siendo el campeonato de España la última fase de la Copa de España. “Si ganas la tercera fase, eres campeona de España y luego para ser campeona de la Copa se hace la media de las tres fases”, aclara. En concreto, la primera fase se celebró el 18 y 19 de febrero en la estación leridana de Baqueira Beret; el 4 y 5 de marzo se disputó la segunda fase en Aramón Formigal y, como clausura, la fase final de los campeonatos de España fue los días 18 y 19 de marzo en la estación granadina de Sierra Nevada.

Ahora, gracias a estas competiciones FIS de España, ha obtenido los puntos para disputar competiciones europeas. “Mi objetivo es obtener buenos resultados en las copas de Europa e incluso conseguir los puntos para la Copa del Mundo, pero aún está lejos”, indica. No obstante, a pesar de la dificultad de la empresa que tiene entre manos, confía en sus posibilidades y, sobre todo, en su capacidad de esfuerzo y sacrificio. “Creo que, a base de entrenamientos y experiencia, poco a poco, lo conseguiré”, expone. A este respecto, batirse el cobre con las mejores deportistas del continente no es algo nuevo para ella, puesto que ya ha disputado competiciones internacionales, tanto juniors como copas de Europa.

Pero además de deslizarse con maestría sobre la tabla, también practica esquí desde pequeña. Y es que lo suyo es una pasión por la nieve inculcada por sus padres prácticamente desde la cuna. “Desde los tres años voy a la nieve. Mis aitas desde muy pequeña ya me metieron en el tema del deporte tanto de nieve como de no nieve. A demás de snowboard también hago esquí. Cuando era pequeña empecé haciendo esquí a nivel de competición hasta los 8 o 9 años, cuando empecé a compaginarlo con el snow por las tardes. Ahora en lo que más me centro es en el snowboard, aunque sigo esquiando, pero ya más por diversión y por no perder la práctica”, explica.

De igual modo, como buena sopeloztarra, también disfruta deslizándose sobre otro tipo de tablas. “También practico surfskate –un tipo de skate que permite simular los movimientos del surf– y surf. Antes de empezar a competir en el snowboard competí en surf hasta que lo dejé por el snowboard”, recuerda. Una relación con el mar y la montaña que siempre ha sido muy estrecha. “En invierno estoy todo el día en la montaña y durante el resto del año en la playa”, apunta. Además de competir, también es profesora de ambas disciplinas. En concreto, imparte clases de surf en Sopela, mientras que durante el invierno da clases de snow en la estación de esquí de Astún en Huesca.

Todo ello mientras compagina la competición con los estudios, puesto que dedicarse en exclusividad al snowboard es “muy difícil” hoy en día en España. “Es un deporte cada vez más conocido, pero aún no lo es tanto o al menos no está tan bien remunerado como otros”, desvela. Por este motivo, siempre ha tenido claro que además del deporte tiene que tener un plan B en la vida “ya sea otro trabajo, estudios o lo que sea”. De momento, su plan B es la enfermería, profesión para la que se está formando en la Universidad del País Vasco en Leioa. “Se puede compaginar deporte y estudios, pero en invierno me dedico a la nieve hasta que finaliza la temporada”, concluye.