Una de las máximas prioridades de JYSK es ser más sostenibles. Y con esa premisa han ido poniendo en marcha diferentes iniciativas. La última de ellas de la empresa escandinava, que hace unos meses abrió su único establecimiento en Bizkaia en Sestao, ha sido establecer objetivos para reducir sus emisiones de gases de efector invernadero.

“En JYSK estamos sumando esfuerzos para lograr una mayor eficiencia de nuestras instalaciones, usando electricidad procedente de energías renovables y eliminando poco a poco combustibles fósiles. En los próximos años, tenemos como principal objetivo el ser libres de emisiones de carbono; queremos eliminar la huella que dejamos en el planeta y en el entorno de nuestros hogares”, comenta Carlos Haba, Country Director de JYSK España y Portugal. De hecho, en la empresa son conscientes de la necesidad de que su expansión, para lograr tener 300 tiendas en el Estado y 80 en Portugal, esté acompañada de un plan de acción en sus establecimiento.

En esa línea, entre los Objetivos Globales que se ha marcado JYSK están la producción y consumo responsables, garantizar unas condiciones de trabajo adecuadas o promover un crecimiento económico, y inclusivo y sostenible. “Estamos llevando a la práctica acciones a todos los niveles, dando importancia a reducir nuestros embalajes lo máximo posible, maximizando el contenido reciclado y haciendo que sean fáciles de reciclar. Otro ejemplo es el etiquetado OEKO-TEX®, que garantiza que el producto no contiene niveles perjudiciales de productos químicos problemáticos. Esto es fundamental; hoy día estamos en contacto con cientos de productos al día y es importante que nuestros clientes tengan la certeza del origen de nuestros materiales y sustancias”, destaca el Country Director de JYSK España y Portugal.

Con esas premisas, JYSK demuestra su compromiso con la sostenibilidad. “Queremos contribuir de una forma significativa a nivel medioambiental; conseguirlo está en manos de todos los que formamos parte de JYSK y estoy seguro de que lo lograremos antes del año 2030”, concluye Haba.