El Regato es el gran pulmón verde de Barakaldo, un lugar de bellos paisajes en el que residen menos de 500 habitantes y que, hasta hace bien poco, era un remanso de paz y tranquilidad. Por desgracia, esa tranquilidad se ha visto alterada en las últimas semanas con sucesos como, por ejemplo, la okupación de tres chalés adosados en pleno centro de este barrio barakaldarra. Por todo ello, los vecinos y vecinas de este enclave se encuentran “intranquilos y tensos. Nosotros vivíamos muy tranquilos. Yo, de hecho, no cerraba la puerta de casa con llave y, ahora, por el contrario, tengo candados en todas partes. De hecho, ya no salgo los fines de semana de casa por miedo a que entren a robar o a intentar okuparla. Nos han robado la paz y tranquilidad que teníamos”, explica Endika Ibáñez de Opacua, un vecino de El Regato que lleva toda su vida en este barrio barakaldarra.

La okupación de los tres chalés adosados de una urbanización que cuenta con un total de siete inmuebles, hechos que han tenido lugar a lo largo de este mismo mes, han hecho saltar todas las alarmas de estos vecinos. “Nunca habíamos tenido problemas de este tipo. Lo peor de todo es que te sientes indefenso, porque avisamos a la policía de que estaban entrando a una casa y no se hizo nada para que saliesen”, indica otro vecino de El Regato que prefiere mantenerse en el anonimato. Otra vecina explica que “el temor entre todos nosotros es lógico. Me vine aquí a vivir porque era un lugar tranquilo, seguro y en el que nos conocemos absolutamente todos los que vivimos aquí. Desde que han ocurrido estas okupaciones estamos inquietos y hay varias personas que están poniendo alarmas y otros dispositivos en sus casas. Yo lo que pido es que haya una mayor vigilancia policial en esta zona, sobre todo, por las noches”.

A medida que se iban okupando adosados en esta zona de Barakaldo, iba incrementándose la preocupación y la tensión, algo que se ha reducido ligeramente tras la decisión del Ayuntamiento de Barakaldo de tapiar los cuatro adosados que aún no habían sido okupados. Esta promoción de adosados fue realizada por una constructora que quebró y, por ello, los inmuebles, que no cuentan con cédula de habitabilidad, pasaron a formar parte de las propiedades que gestiona el Sareb. Ahora, una vez se ha llevado a cabo la okupación de los inmuebles, debe de ser el Sareb quien realice todos los trámites jurídicos pertinentes para tratar de que se ejecuten esos desalojos, algo que podría dilatarse cerca de año y medio. “Lo peor es que las veces que ha venido la policía nos han estado provocando e, incluso, han amenazado a algún vecino. Realmente te sientes impotente porque actúan con total impunidad”, señala otro vecino de este barrio barakaldarra.

La okupación de estos tres inmuebles no han sido los únicos sucesos que han tenido lugar últimamente en El Regato. “Ha habido varios robos en viviendas últimamente. No queremos decir que hayan sido las personas que han okupado esos adosados, pero sí es cierto que ha habido varios robos. El no saber quiénes han podido ser los autores de esos robos nos hace sentirnos más inseguros e inquietos aún”, indica Endika. A todo ello, se suma el intento de okupación de un cuarto inmueble, pero que no se materializó a causa del mal estado de la casa, cuyas ventanas han sido tapiadas a la espera de una próxima remodelación. Así las cosas, los vecinos de El Regato afirman “ser una piña y vamos a seguir pidiendo que vuelva a nuestro barrio la paz y la tranquilidad que había hasta hace poco”.