Solo queda en pie una de las siete antiguas puertas que daban acceso al caso histórico de Bermeo, el portal de San Juan. Y, precisamente, ese fue el emplazamiento elegido ayer para dar a conocer un proyecto que busca sacar brillo al patrimonio local y valorizar la historia de la villa marinera, que incluso llegó a ser cabeza de Bizkaia entre los siglos XIII y XIV. La muralla, desaparecida en el siglo XIX ante la necesidad expansiva de la localidad, vuelve a trazarse imaginariamente con paneles explicativos en cada una de las puertas, además de un folleto informativo mediante el que los visitantes podrán conocer los entresijos de la vida intramuros. El proyecto ha sido posible gracias a un equipo formado, entre otros, por el profesor de la UPV-EHU y agente cultural Asier Romero, el historiador local Bittor Uriarte y el dibujante Rober Garay.

“Debemos tener en cuenta que la antigua muralla ha sido la infraestructrura que durante más tiempo condicionó la vida diaria de los bermeanos”, aseguró Uriarte, que junto a Romero se ha encargado de recopilar toda la información histórica sobre la muralla y las puertas, “analizando, trabajando y preparando todo este material para devolverlo al pueblo de una manera sencilla y didáctica”, ahondaron fuentes municipales. “Así, tomando como base toda esta información, Rober Garay ha preparado una recreación visual de cada puerta”, incidieron. “Esperamos que en un mes, más o menos, estén ubicados en sus emplazamientos los siete paneles en las inmediaciones de las antiguas puertas de entrada al caso antiguo”, señaló, por su parte, el alcalde de Bermeo, Aritz Abaroa, quien quiso agradecer su labor a Romero, Uriarte, Garay y todos los implicados en este importante proyecto de divulgación, que “supone un paso importante en la puesta en valor de nuestro patrimonio y es, además, una iniciativa que nos ayudará a convertir el casco antiguo, corazón de nuestro pueblo, en un espacio interesante y visitable”. Cabe resaltar, asimismo, que los paneles –con explicaciones e imágenes en euskera y castellano– tendrán incorporado un codigo QR, mediante el que “se podrá acceder a la información que se desee más allá de la recibida a través del panel”. Por último, se elaborará un folleto “con la imagen e información de todas las puertas, que se entregará a los y las visitantes”. De esta manera, todas aquellas personas que se acerquen a descubrir el patrimonio del municipio “podrán realizar una ruta por el casco histórico, visitando los paneles de las puertas y conociendo toda la información acerca de la muralla”, profundizaron desde el Consistorio costero.

La antigua muralla de Bermeo comenzó a construirse en el siglo XIV, más concretamente en 1334, cuando, durante el asedio de Gaztelugatxe, el rey Alfonso XI ordenó rodear Bermeo de un muro de protección. Apenas veinte años después, el conde Don Tello entregó la piedra del antiguo alcázar de los señores de Bizkaia para rematar la construcción de la muralla. La infraestructura arrancaba en las inmediaciones de la iglesia de Santa Eufemia y se prolongaba por la orilla de la Lamera. “Precisamente, en la calle Ibarluzea tar Kosme se encontraba el primer portalón, llamado Errenteria”. Posteriormente, la muralla continuaba hasta la plaza de San Miguel, donde se hallaba el segundo portalón, el de San Miguel. Desde allí, el muro seguía hasta el Portal de San Francisco, situado al principio de la calle Aldatseta, “subía hasta el Portal del Remedio, también llamado Cárcel Vieja, y continuaba hacia el Portal de Santa Bárbara, situado a la entrada de la calle Nardiz tar Jon. La muralla, subiendo por la calle Arresi, se prolongaba desde el Beiportal (también llamado Bakas o Bakera), situado a la entrada de la calle Campesina, hasta el portal de San Juan. Este portalón es el único que queda en pie en la actualidad, ya que todos los demás fueron derribados a lo largo del siglo XIX. La muralla terminaba en las inmediaciones de la iglesia de Nuestra Señora de Tala”, aseguaron fuente municipales.

De hecho, no suele ser extraño que tramos de la antigua muralla salgan a la luz durante obras que se suelen realizar en Bermeo. Así ocurrió recientemente con unos trabajos en las calles Frantzisko Deuna y Segundo tar Ispizua, en pleno centro urbano de la localidad. En todo caso, las seis puertas que sucumbieron al derribo –Beiportale, Santabarbaraportale, Erremedioportale, Sanfran-tziskoportale, Sanmigelportale y Errenteriaportale – fueron tiradas durante el siglo XIX debido a la necesidad de ampliación del municipio, especialmente debido al incremento de la población bermeana en siglos anteriores. Y, entonces, ¿porqué sobrevivió el portal de San Juan? “Principalmente por el contundente informe que realizó en 1917 el arquitecto Teodoro de Anasagasti alabando el valor patrimonial del mismo”, señala Romero en uno de sus escritos en la web www.itsosupetekondarea.eus.

Divulgación

A nivel cercano. Mediante los paneles a colocar, que estarán dotados de explicaciones e imágenes en euskera y castellano, los bermeotarras pueden obtener información sobre la ubicación concreta de las antiguas puertas y de la amplia extensión de la vieja muralla. Los textos han sido elaborados por Asier Romero y Bittor Uriarte, mientras que las ilustraciones son obra del dibujante Rober Garay.

Folleto para turistas. El proyecto permite generar un nuevo aliciente para visitar el casco antiguo, una de las zonas históricas más antiguas y grandes de Euskadi. Se elaborará un folleto que se entregará a los y las visitantes para que puedan recorrer lo antiguos muros. “Nos ayudará a convertir el casco antiguo en un espacio visitable”, señaló el alcalde de Bermeo, Aritz Abaroa.