Muchos habrán empezado el año con buenas vibraciones, por eso de girar una nueva vuelta al sol con energías renovadas y positivas… Otros tantos habrán arrancado con los golpes de la resaca y algunos que otros con unas ligeras agujetas… Por lo menos, en Erandio, ya que el municipio descontó las horas de 2022 a golpe de zapatilla en la celebración de su primera San Silvestre. Alrededor de 400 personas, mayores y txikis, se animaron a participar en esta tradición que dio sus primeros pasos con un recorrido de 11 kilómetros para los adultos y de 2,5 para los pequeños. Unos corredores iban más preparados, otros menos; unos disfrazados, otros con equipaje deportivo… y todos, dispuestos a disfrutar.

Y es que esta carrera que despide el año tiene esos ingredientes especiales de buen rollo y la localidad erandioztarra quiso saborearlos por primera vez como calentamiento para las uvas (y todo lo demás). Bizkaia acogió 25 pruebas de San Silvestre: desde Galdakao, la más veterana del Estado, pasando por Rekalde, Barakaldo o Getxo, con el cross de Andra Mari. Erandio pasó a engordar este circuito de Nochevieja después de otros intentos frustrados por la pandemia. “Me parece una buena manera de empezar este día. Otras veces he ido a Rekalde, pero este año puedo correr en el pueblo”, agradeció Arkaitz. “Vamos a hacer lo que se pueda... A intentar acabar (risas). Es una iniciativa bonita, pero 11 kilómetros con cuestas... ¡Va a costar! Habrá que echar siesta luego”, comentó una cuadrilla de jóvenes en la línea de salida de la calle Obieta, en Altzaga. Desde allí, los atletas se dirigieron a la ribera de Axpe, para atravesar Astrabudua, subir hasta Erandiogoikoa y regresar a Altzaga. La marcha familiar (más numerosa que la otra) partió de la plaza Josu Murueta y culminó en el ayuntamiento, donde se celebraron las campanadas txikis. “Es algo divertido para hacer con la cría”, opinó Rebeca. Y, como buenos anfitriones, Astrabudua Taldea –que asumió labores de organización junto al Ayuntamiento– corrió con faldas y a lo loco. Porque se trataba de eso: de disfrazarse, reírse y desmelenarse a la carrera. De hecho, la prueba repartió un premio valorado en 300 euros, consistente en una comida en un restaurante de Erandio, para la mejor animación en grupo; y otro de 80 euros para el mejor disfraz individual (también una comida). Además, gracias a la asociación de comerciantes de Astrabudua y a Comercios Unidos de Erandio se entregaron bonos para consumir en los establecimientos de la localidad: uno de 800 euros, otro de 500 euros y dos de 200 euros.

Las mascotas de las fiestas de los barrios también dieron color a las calles del municipio. Y es que Goikolandi, Trabutxu, Kroki & Jandotxo, Pantxiketa, Ulpiano y Txupin se apuntaron a esta San Silvestre erandioztarra, que contó con numerosos aliados: Pausorik gabe, Club Marcha Astrabudua, Gizarte Unamaz Alkartuak, Astrabudua Club Motero, Jubilados de Altzaga, AMPA Goikolanda, Erandioko Txirrindulari, Etorkizuneko Kirolak y Protección Civil. “Esta San Silvestre es una forma más de unir a todo el municipio a través del deporte”, destacaron desde Astrabudua Taldea.