Han pasado casi 20 años de su anterior disco. “He estado tan absolutamente liado que ha sido imposible”, apunta Mikel Telleria ahora que Zumeta, su tercer álbum, es ya una realidad disponible tanto en su versión digital (Spotify) como en el formato físico (CD). “He disfrutado mucho de todo el proceso” de un camino que, como tal, empezó el 22 de abril de 2020, el día que falleció el pintor guipuzcoano José Luis Zumeta, que dejó tras de sí una trayectoria vital y artística inigualable.

El músico y compositor, como todo el mundo, estaba por esas fechas metido en casa. El confinamiento decretado a mediados de marzo de aquel año impedía hacer casi cualquier cosa. Llegó entonces la noticia del fallecimiento del artista y la publicación, al día siguiente, de una entrevista realizada unos cinco años atrás, una conversación en la que Zumeta apuntaba una realidad universal de la cultura, que pintaba por necesidad, que si no lo hacía no se encontraba bien, que a través de la creación encontraba el equilibrio y las ganas de vivir. Leer aquello en pleno encierro fue como encender una hoguera avivada por la lectura reciente de De lo espiritual en el arte, de Kandinsky.

Así que no quedó más remedio. “Tenía que hacer una canción para Zumeta”. El resultado pasó el filtro familiar y como el confinamiento seguía y las ganas estaban ahí, el autor se propuso afrontar un disco completo, investigando más sobre el pensamiento y la vida del artista, toda vez que conocía su pintura, “que me encanta”. En ese proceso, quedaron establecidos los tres ejes básicos del álbum: como “su obra tiene mucha fuerza”, el rock tenía que ser el estilo predominante; como el de Usurbil se definía como ecléctico, entre las canciones tenía que haber contrastes y diferencias; y como el pintor siempre estuvo muy comprometido “en mil historias” de carácter social, las letras tenían que ser un reflejo de ello. Así, entre los once cortes se tratan cuestiones como la migración, las fake news, la pederastia...

A través de Atxaga

Fue el pasado octubre en Usurbil donde se presentó de manera oficial un trabajo publicado por los vitorianos Sonora Estudios, contando con la ayuda del Gobierno Vasco y del ayuntamiento de la localidad guipuzcoana. En el formato físico, tanto en la portada como en el interior, la pintura y la figura de Zumeta están presentes, algo posible también gracias a la colaboración establecida con la familia del pintor, sobre todo a través de Usoa Zumeta.

A ella, Telleria llegó, como con todo en este proyecto, por una concatenación de casualidades y circunstancias. Le comentó a Bernardo Atxaga, que tuvo mucha relación con Zumeta, que había realizado una canción sobre el pintor. Al escritor le gustó la composición y, junto a Asun Garikano Iruretagoiena, montó una reunión con Usoa Zumeta en Zalduondo. Eso fue en junio de 2021 y el encuentro fue tan bien que la hija del artista le propuso al músico tomar parte en un acto de homenaje que se organizó en Usurbil en octubre de ese año, en el que también estuvieron Atxaga, Gari y Josu Zabala, entre otros. “Volver a actuar ante el público fue el espaldarazo definitivo”.

El álbum ha sido grabado en el estudio que Koldo Uriarte tiene en el Casco Viejo gasteiztarra. “Se ha implicado en este disco como si fuera suyo y ha hecho un trabajo de producción absolutamente increíble” describe el cantante, guitarrista y compositor. Para armar todos los sonidos, Telleria contó con Iñigo Goldaracena al bajo, Ander Hurtado de Saratxo a la batería, Xabi Martínez de Otsagabia al violín, Eriz Pérez a la mandolina, y Raül Vera a la guitarra. “Tenía una idea de cómo debía ser el disco y creo que lo hemos logrado casi al 100%, aunque siempre cambiarías algo”.

Ahora, de todas formas, es el momento del público, de quienes se quieran adentrar en estas once canciones. Eso sin perder de vista que la idea, toda vez que arranque 2023, es poder llevar el proyecto al directo. “Hay ganas de hacer cosas”, dice con una sonrisa el creador.