La Diputación Foral de Bizkaia ha destinado 1,3 millones de euros a ayudas económicas para paliar los efectos de la crisis generada por la guerra en Ucrania en 571 explotaciones agrarias del territorio. Estas subvenciones son parte de las contempladas dentro del plan de choque para el sector primario y se dirigen a compensar los aumentos de los costes de la energía, los fertilizantes, los cereales y los aceites originados por el conflicto bélico.

Estas ayudas se han repartido entre 367 explotaciones dedicadas a la ganadería y otras 204 orientadas a la agricultura, precisa la institución foral en un comunicado. Entre estas explotaciones beneficiarias, son mayoría (159) las que se dedican al ganado vacuno de carne y a la horticultura y plantas ornamentales (142), además de las de vacuno de leche (79) y viticultura (36).

Atendiendo al reparto del presupuesto de las ayudas, las explotaciones de horticultura y planta ornamental han recibido 270.125 euros; las de vacuno de carne, 181.537 euros; otros 179.901 euros han ido a parar a explotaciones de cría de gallinas ponedoras, 167.027 euros se han repartido entre ganaderos dedicados al vacuno de leche y 142.101 euros, entre viticultoras y viticultores.

SUBIDA DE PRECIOS

El resto de subsectores que han obtenido ayudas han sido el de la apicultura (15.301 euros), ganado caprino (16.352 euros), helicicultura –caracoles– (1.500 euros), cebo (61.934 euros), cunicultura –crianza de conejos– (52.137 euros), ganado equino (37.411 euros), ovino (88.319 euros), porcino (19.873 euros) y producción de sidra (15.478 euros).

El conflicto bélico provocado por la agresión rusa contra Ucrania ha agravado la situación que atravesaban las explotaciones agrarias como consecuencia de la crisis provocada por el covid.

Desde el inicio de la guerra se estima que el precio de los alimentos para ganado, el de los fertilizantes y el del gasóleo y la electricidad han subido con respecto al período previo a la guerra un 20 %, porcentaje de crecimiento que se supera ampliamente al de los años 2021 y 2020.

Los productores se han encontrado, además, con dificultades para trasladar ese incremento de costes a los previos de venta, por lo que sus márgenes se ven “seriamente comprometidos”, lo que pone en peligro el mantenimiento del tejido productor en las zonas rurales y hace necesaria una intervención de las instituciones para tratar de paliar estos efectos negativos, según argumenta la Diputación foral de Bizkaia. l