Con apenas 10 años empezó a ayudar en la huerta familiar para acudir a la vendeja, labor de la que guarda un grato recuerdo. Iba desde Mungia a Bilbao y Basauri para vender los productos de la tierra y contribuir a la economía familiar. Pilar Unibaso Arostegi (Mungia, 1917), la mungiarra más longeva, celebró este pasado 7 de diciembre su 105 cumpleaños. Por eso, tanto el Ayuntamiento de Mungia como la residencia de la Fundación San Jose Etxe Alai, donde vive desde hace seis años, le obsequiaron con un reconocimiento especial y una gran fiesta.

“Le llevamos una tarta y se comió el pedazo más grande”, revela Maribi Barrera, animadora del centro, quien constata que está “estupenda” y con una “energía” increíble. En su fiesta de aniversario estuvo arropada por familiares y no faltó la música de bilbainas. “Se lo pasó muy bien, estuvo contentísima”, resume.

La historia de Pilar es la de una mujer ligada al campo, como otras muchas de la localidad. Natural del caserío Billela, pasó su infancia en el baserri Gondraondo junto a sus tres hermanos, y un puñado de animales. Además de vender los productos de la huerta en la capital, también echaba una mano en casa desde muy joven. La actividad en el baserri era frenética y siempre faltaban manos para sacar el trabajo adelante.

Durante su más de un siglo de vida ha conocido la evolución de Mungia, pasando de aquella aldea en la que nació a la ciudad en que se ha convertido hoy en día. “Mungia es un sitio muy bueno para vivir y crecer, aunque mi secreto para llegar a esta edad es llevar una vida tranquila respetando a todo el mundo, sin llevarme malos ratos con nadie”, señala.

Del mismo modo, Pilar se muestra agradecida a todas las personas por el cariño que le muestran cada año. Siempre con una sonrisa y con las ganas de vivir por bandera, este año ha lanzado un recordatorio a los responsables municipales. “El año que viene espero que no se os olvide y volváis a visitarme”, indicó. Y es que con cada celebración pide como deseo “una prórroga de un año más”, bromea Maribi sobre el secreto de Pilar para seguir soplando velas.

Sobre esta línea, en la residencia Pilar da rienda suelta a una de sus grandes pasiones, las cartas. “Le encanta jugar a la brisca y al tute. Es muy buena, ha ganado varios años. El otro día perdió un campeonato que hicimos y ya me está diciendo que hay que repetirlo”, apunta Maribi. También le gusta leer, ir a misa y ver la televisión. “Está al tanto de toda la actualidad”, añade. Se defiende con un andador y es muy coqueta. “Cada tres semanas se tiñe el pelo. Le gusta verse bien”, desvela Maribi, encantada de poder contar con una mujer con semejante vitalidad en el centro.

Centenarios

Por otra parte, desde el Consistorio mungiarra apuntan que otras tres vecinas y vecinos del municipio superan actualmente el centenar de años. Por si fuera poco, otros cuatro mungiarras alcanzarán esta cifra en 2023. Algo que está directamente relacionado “con la calidad de vida que lleva ofreciendo tanto tiempo Mungia”, indican. Un municipio que apuesta por las tradiciones ancestrales y que forma parte del movimiento Cittaslow, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas a partir de propuestas vinculadas con el territorio, el medio ambiente o las nuevas tecnologías.

Asimismo, Mungia tiene infinidad de elementos que conforman la base de la filosofía de vida tranquila y de calidad. “La larga esperanza de vida, así como la calidad de vida que demuestran nuestros vecinos y vecinas más longevas no es casualidad”, concluye el alcalde de Mungia, Ager Izagirre.