Una pasarela y peldaños de madera aligeran la ascensión al castro de Bolunburu a pie desde el bidegorri cercano al puente del área recreativa evitando los “frecuentes” resbalones por la pendiente y la “composición de la tierra”, según explican desde el Ayuntamiento de Zalla. Protegido por el Gobierno vasco, el poblado fortificado de la Edad del Hierro es uno de los destinos preferidos de los senderistas en el municipio.

Hace unos días concluyó la colocación, “en los tramos de mayor inclinación”, de los peldaños de madera que dan continuación a los que ya se podían pisar al inicio del camino desde el bidegorri, siguiendo la señal que indica la dirección del camino del Cucu. En ese mismo trazado recientemente se ha restaurado un mirador que ofrece una panorámica del conjunto monumental de casa torre, restos de la ferrería y la ermita de Santa Ana. La pasarela “permite un acceso más seguro y rápido” a uno de los principales valores turísticos e históricos de Zalla.

El año pasado se instalaron paneles informativos para explicar a los visitantes las funciones y características del recinto amurallado. Gracias al trabajo arqueológico su silueta se vislumbra cada vez con más claridad desde el centro urbano. El presupuesto de Zalla para este año contiene inversiones destinadas a continuar con las intervenciones arqueológicas que puedan ayudar a obtener más datos sobre la vida de los moradores del poblado.

El bidegorri construido por la Diputación entre Bolunburu y La Mella sirve de nexo de unión entre el núcleo más central de Zalla y el conjunto de la capilla y palacio que se pondrán a punto para poder recibir visitas. Además, las cuentas prevén la creación de más rutas y un sistema de descarga en los teléfonos móviles de información sobre puntos de interés natural y patrimonial.

El castro del cerro de Bolunburu goza de la distinción de Bien Cultural de Protección Especial con la categoría de zona arqueológica desde junio de 2020. Se alza a 320 metros y lo rodeaba una muralla que podría haber medido más de cuatro metros de alto y tres de ancho en la que se abría una entrada monumental. Un yacimiento “sobresaliente” dentro de Euskadi por el razonablemente buen grado de conservación de las estructuras”.