Compaginar descanso con ganas de diversión se hace complicado en las comunidades de vecinos anexas a espacios que acogen actividades festivas nocturnas. Es lo que está ocurriendo en los Santakurtzak de Galdakao a los residentes en las calles Ganekogorta, Sollube, Bilbo y Juan Bautista Uriarte que deben convivir con el ruido y las molestias que genera el recinto de txosnas ubicado en la plaza Iturrondo. “Estoy contenta donde vivo, no estoy en contra de las fiestas, pero para todo hay un límite y hay que respetar un mínimo de normas”, afirma una de las afectadas por una situación que este año está “siendo, en algunos momentos, insoportable”.

Así fue, por ejemplo, la noche del txupinazo. “Las txosnas estuvieron abiertas hasta las 6 de la madrugada y se superó, por mucho, el límite de decibelios”, asegura. Ante las quejas interpuestas, la explicación fue que, por un problema en la zona de barracas, “no funcionaron los limitadores de sonido”, pero considera que, ante este imprevisto, “se podrían haber activado otras medidas para controlar tanto el volumen como a las personas que querían alargar la fiesta tras el cierre de las txosnas. “Pusieron un carro de la compra en el centro de la plaza con altavoces a tope y nadie puso freno al alboroto. Parece que todos tenemos derechos, pero algunos no tienen obligaciones”, denuncia.

En cambio, todo indica que la noche del sábado al domingo los limitadores de ruido cumplieron su función “porque se pudo descansar”, lo que demuestra que “con un mínimo de control, es posible la convivencia con unos festejos”. Sin embargo, parece que la noche del jueves al viernes se volvió a superar lo razonable, y más siendo un día laborable. “Sobre las 23.30 horas comenzó un karaoke, con pantalla, luces y mucho volumen, un acto que no estaba incluido en el programa de fiestas y que se extendió hasta casi las 2 de la mañana. La gente madruga para ir a trabajar, los niños tienen clase... es una situación que provoca mucho estrés y ansiedad”, asegura.

Rotar el recinto de txosnas

Otra vecina confirma, también, las molestias de esa noche. “A mí me ha sido imposible dormir. Ha sido tremendo y más, teniendo en cuenta que ha sido por un acto que no estaba programado”. En su caso, y de cara a próximas fiestas patronales, una de sus propuestas es que “el recinto de txosnas sea rotatorio, que no esté siempre en el mismo lugar. Hay más zonas en Galdakao donde ponerlo. De hecho, hace unos años estaba en Muguru”, apunta. Y otra de sus quejas es que “este año, además, han estado abiertas más de lo normal. Muchos días y desde muy pronto”.