El proyecto para la reordenación de los accesos y el calmado de tráfico de la carretera BI-2235, que parte en dos en el barrio de San Cristóbal, en Busturia, encara su recta final. La Diputación Foral de Bizkaia, que con anterioridad ya había aprobado el plan de mejora vial, ha imprimido un ritmo mayor a su tramitación previa. Y es que la entidad del Territorio Histórico y el Ayuntamiento busturitarra han firmado un convenio a través del cual se formaliza una encomienda de gestión para la tramitación del expediente expropiatorio para la consecución de los terrenos. En resumen, el Departamento foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial se hará cargo de la expropiación necesaria para obtener todos los terrenos.

“Somos un Ayuntamiento pequeño, y no disponemos de los medios necesarios para agilizar el trámite. Mucho menos para agilizar el proceso, cosa que la Diputación Foral de Bizkaia sí”, explica el alcalde Aitor Aretxaga, quién “confía en que las obras arranquen cuanto antes”. En principio, estos trabajos están fijados para que se inicien durante el año 2023 –está incluido entre los planes forales–, mientras que el coste de los mismos será de 2,7 millones de euros y tendrá un plazo de ejecución estimado en un año.

Las obras consisten en la construcción de una rotonda de 40 metros que enlazará con las entradas al barrio y a Altamira y también permitirá prolongar el bidegorri que nace en Gernika-Lumo y culmina hoy en día en la vecina localidad de Murueta. Uno de los últimos puntos negros que restan por solventar en la carretera foral que enlaza Gernika-Lumo con Bermeo, los dos grandes municipios de la comarca –ya han sido eliminados varios ubicados en Forua o en el barrio busturitarra de Axpe–, puede tener los días contados. “Es una zona en la que han existido accidentes y atropellos, a pesar de todas las medidas de protección que se han venido tomando”, asegura Aretxaga. Y es que aunque las señales limitan la velocidad del tráfico a 50 kilómetros por hora, e incluso hay colocados semáforos a demanda para el cruce de peatones, resulta necesario adoptar más medidas. En el caso de los camiones, “la velocidad que llegan a coger es importante”, señala. “La obtención de la mayoría de los terrenos no nos ha supuesto problema ninguno, menos en un caso. Lo que hemos hecho ha sido facultar a la Diputación Foral de Bizkaia para que proceda en ese caso concreto”, reseña el primer edil de Busturia.

La ejecución del proyecto, largamente requerido desde el Consistorio busturitarra, es la solución más idónea. La rotonda –que se ubica en la zona de Sakoneta, en dirección hacia Sukarrieta– tiene un diámetro de 40 metros, mientras “los ramales correspondientes a la carretera BI-2235 tienen una anchura de 3,50 metros, arcenes de 0,50 metros y aceras a ambos lados en las proximidades a la rotonda”. Las dos conexiones ideadas darán paso hacia Altamira y por el este con un vial que discurre por la margen derecha de la carretera, entre ella y la ría. “La obra se completa con la construcción de un tramo del bidegorri Murueta-Busturia-Sukarrieta, que queda dentro de la zona de actuación”. Y es que en la zona de Murueta, “el trazado de la vía ciclista se separa de la carretera y discurre por unas campas situadas al este de la calzada, hasta conectar con un camino existente. A partir de ahí el tramo es compartido para vehículos y bicicletas, hasta el punto kilométrico 43 donde da inicio el trazado del tramo de Busturia”.

La actuación en la zona afecta a un total de 700 metros de la carretera y ha sido incluida en los planes forales que abarcan el periodo de 2019 a 2023. Una vez que todos los permisos estén todos listos, se podrá desarrollar este proyecto que ya ha pasado el filtro de numerosas instituciones públicas como la Agencia Vasca del Agua, URA, el Servicio de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai o la dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Gobierno vasco. Ha recibido en visto bueno de todos ellos.

“Humanizar el entorno”

La actuación “busca humanizar todo el entorno de San Cristóbal –que verá enormemente modificada el área– y hacerlo más seguro, tanto para los peatones como para el tráfico”, asevera Aretxaga. “Eliminar giros bruscos y salidas a la carretera –especialmente en el caso de la salidas del barrio de Altamira–, en primer lugar, pero también que los automóviles que aparcan en San Cristóbal no tengan que jugarse en pellejo al realizar las maniobras”, según detalla. “Llevamos al menos desde 2015 –cuando el actual primer edil de Busturia se hizo con el bastón de mando– recalcando que es necesario ejecutar el proyecto, sobre todo para dotar al barrio de una mayor seguridad. Esperamos que sea cuanto antes”, certifica.

Los datos

Convenio. El acuerdo con la Diputación permitirá expropiar los terrenos necesarios para poder llevar a cabo la rotonda que calmará el tráfico en Busturia.

Dimensiones. La rotonda tiene un diámetro de 40 metros, mientras “los ramales de la carretera BI-2235 tienen una anchura de 3,50 metros, arcenes de 0,50 metros y aceras a ambos lados”.

La cifra

2,7

El proyecto para reordenar los accesos y el calmado de tráfico de la carretera BI-2235 tendrá un presupuesto de 2,7 millones de euros y un plazo de ejecución de un año.