“In memoriam. Francisco Cepeda, primer muerto del Tour”, reza el texto tallado en piedra. El gesto de David González de depositar un monolito elaborado en el Galibier, el último puerto que el soportano subió con vida, salda en parte la deuda del reconocimiento que se le debe, aunque todavía falta el de la propia carrera. Casi coincidiendo con el paso de la caravana de este año el asturiano, aficionado al ciclismo retro, quiso reparar el olvido a Cepeda en suelo francés. 

Natural de Cangas de Onís y “apasionado de la historia del ciclismo”, investigaba la prensa de principios del siglo XX para una tesis doctoral sobre cómo medios de comunicación asturianos reflejaron este deporte entre 1914 y 1936, justo antes del estallido de la Guerra Civil, cuando leyendo crónicas sobre el accidente y fallecimiento de Francisco Cepeda “me tocó la fibra sensible”. La organización “quiso relegar lo sucedido al olvido y, con el paso de los años ya casi nadie lo recuerda”. De hecho, “que yo sepa, no hay ningún monumento a este corredor”. 

“Leí su historia en prensa de la época mientras preparaba una tesis doctoral y me tocó la fibra sensible”

Este verano había planeado “subir puertos míticos del Tour de Francia, entre ellos el Galibier”. El 4 de julio, David iba a participar en “una carrera clásica en Alpe D'Huez, La Mythique 21, porque se cumplían setenta años de la primera ascensión, ganada por Fausto Coppi”, cuyos pasos siguió al vencer la prueba “vestido como él” y con un modelo de bicicleta de la época.

Dos días antes de marchar, se le ocurrió la idea de fabricar “un pequeño monolito a Cepeda” aprovechando que “en la carrera había estudiado Epigrafía”, es decir, a estudiar las inscripciones. “Cogí la furgoneta y lo dejé allí, en lo alto del puerto” antes de volver en bicicleta “el 11 de julio, en el aniversario del accidente, con unas flores que había recogido en el puerto del Lautaret”.

“El 11 de julio dejé flores por el aniversario, en su día la organización quiso que se olvidara”

No esperaba que un post, que colgó en un grupo de Facebook de nostálgicos del ciclismo de antaño que sigue, se viralizara con más de 600 me gusta y multitud de aportaciones. Entre ellas, las de vecinos de Sopuerta conmovidos por el detalle que le informan de que en su municipio natal sí se le erigió un monumento. Otras personas de fuera confiesan desconocer lo ocurrido. 

Así fue como la iniciativa de David llegó a oídos de Álvaro Rey Cepeda, sobrino del ciclista. “Un pariente me avisó porque yo no acostumbro a utilizar las redes sociales”. 

Futuro libro de un inglés

A la familia “nos hace ilusión que se acuerden de él y qué decir también de un inglés que está preparando un libro inspirado en mi tío abuelo”. Álvaro trasteaba por YouTube buscando vídeos en los que se apreciara a Francisco Cepeda en movimiento. “Escribí un comentario pidiendo que me respondieran por favor si localizaban algo” y, efectivamente, recibió un mensaje, pero no con el contenido que pensaba. “Lee mucho sobre el Tour y cayó en sus manos la información de un primer accidentado que falleció que le motivó a mirar más”, incluso “viajó a Sopuerta, pero sin contactar con la familia”. A partir del primer contacto con la tecnología de por medio “a lo largo de meses le fui contando lo que yo sabía y traduciéndole prensa de entonces”. Álvaro tuvo noticia de “un borrador del libro” y su autor le ha garantizado “que regresará por aquí cuando el Tour salga de Bilbao”.

Él, por su parte, está orgulloso de que en Sopuerta a Francisco Cepeda “se le trate como una persona ilustre”. Cada vez que va por allí, “me saco una foto con el monumento en su honor”.