Cuanto más engrasada esté la maquinaria, mejor funcionará y más eficiente será. La voz experta de Xabier Aierdi pone el foco en el discurso del arraigo; es decir, que las personas migrantes no son trabajadores temporales sino habitantes permanentes. No hay recetas mágicas para un fenómeno con múltiples vertientes, pero a su juicio, el Tercer Sector y la clase política deberían compartir ese objetivo de la integración social y “establecer una gran alianza” para hacer frente a situaciones de vulnerabilidad.¿Cree que la variedad de realidades migratorias que conviven en Bizkaia hará más complicado avanzar hacia esa integración multidimensional de la que hablan ustedes?

—No tiene por qué. La integración es multidimensional, pero también fragmentaria y asimétrica. Esa complejidad lo que requiere es que haya políticas públicas concretas que sirvan en un momento para equilibrar situaciones. La diversidad no genera dificultad. Es solo un dato. Eso sí, hay que gestionarlo quieras o no quieras. Porque esa complejidad seguirá existiendo y se irá intensificando en Bizkaia y en el resto de la comunidad. Si se establecen políticas comunes...

¿Y cómo se está trabajando aquí este asunto?

—Mejor que en otros lugares, pero habría que intensificar más las políticas de inmigración. Hay que reconocer que la inmigración es un fenómeno estructural en Euskadi. Y hablamos de una realidad cada vez más importante. Estamos hablando de 260.000 personas. Es un tema que hay que empezar a tomárselo en serio. No podemos ofrecerles solo una integración débil y precaria. Si en esto acertamos, las cosas nos irán bien.

Las instituciones, al menos en sus discursos, sí son conscientes de que es estructural, pero la ciudadanía...

—Pues tienen que ser conscientes. Si ves la inmigración de una persona en una persona y no te das cuenta de la importancia que tiene... La inmigración seguirá siendo estructural y más numerosa.

¿Alguna razón?

—Piense que tenemos familias de clase media con necesidades de clase media [de cuidado, atención a familiares...] y un sector de servicios que es cubierto en gran medida por la población extranjera. Y eso irá a más. Si todo eso lo tuviéramos que pagar en forma de residencias y políticas institucionales nos encontraríamos con una situación insostenible. ¿Qué hace posible que podamos mantener este nivel de bienestar?

Eso mismo me pregunto yo.

—Pues en gran parte, la población extranjera. Una sociedad occidental, de familias pequeñas, con cuidados y atención personal... Pues todo eso o lo hace la población de aquí o la extranjera. De lo que se trata es de, si tenemos problemas estructurales, las soluciones tienen que serlo también; y algunas de ellas pasan por la inmigración.

¿Bizkaia seguirá siendo ‘territoriorefugio’ para la población migrante? ¿Cree que seguirá siendo atractivo en el futuro?

—Sí, por una sencilla razón. Pero más que territorio refugio Bizkaia es un buen sitio para inmigrar. Cuando tienes una realidad industrial potente, servicios potentes, y en cascada toda una serie de personas que tienen capacidad económica para generar una demanda de mano de obra, todo eso hace que en un momento determinado la gente se asiente en tu territorio porque les ofreces un lugar seguro más que un refugio, que suena a algo donde se pasa una temporada. Y para nada. Porque la gente se queda y se quedará. Bizkaia es atractiva porque económicamente es potente y solvente. Y el hecho de que esas clases medidas sean las que sostienen esa demanda de empleo, eso es lo decisivo.

Tercer Sector. Plataformas y colectivos sociales y vecinales son muy activos en Bizkaia en temas como la regularización, los alquileres, las cuentas en entidades bancarias,...

—En efecto. Es muy potente Tiene unas potencialidades terribles. Es gente que vive la situación in situ, a nivel de calle, y eso hace que la atención que luego se puede prestar desde las instituciones sea mejor porque las demandas del Tercer Sector están más ajustadas y mejor formuladas, con una gran dimensión publica.

Como en todo, seguro que hay un pero...

—Pues creo que el nivel asociativo y el institucional tienen establecer una gran alianza, una coalición. En el fondo necesitamos de la actividad y de la actitud positiva y de la acción mancomunada para hacer frente a este tipo de situaciones de vulnerabilidad. Además, las instituciones se sienten acompañadas en esta labor, como se vio en la pandemia y el confinamiento. Estas situaciones, a la larga, ayudan a que la situación se gestione mejor. El Tercer Sector tiene un papel fundamental. Y hace falta que ese impulso de crítica llegue a las instituciones también.

“No podemos ofrecerles una integración débil y precaria. Si en esto acertamos, las cosas nos irán bien”

“¿Qué hace posible que podamos mantener este nivel de bienestar? Pues en gran parte la población extranjera”

“El Tercer Sector tiene un papel clave. Y hace falta que ese impulso de crítica llegue a las instituciones también”