La estampa de trabajadores que acudían a su puesto de la papelera en bicicleta ha pervivido en el imaginario colectivo. Pero también había trabajadoras que, como Ana Mari Nuñez, se las veían y deseaban para capear "el viento y la lluvia a las 5.30 horas" que provocaban que entraran a su turno en la fábrica "como si nos hubiéramos caído al río". Su testimonio se recoge junto a los de empleadas de otras industrias de Zalla ya desaparecidas en el libro En manos de mujeres, editado por el Ayuntamiento y elaborado por la empresa Novélame en base a estas vivencias narradas en primera persona por 16 mujeres."Gracias al esfuerzo colectivo y a horas de trabajo, Zalla se erigió en uno de los principales enclaves industriales de la comarca", subrayó el alcalde, Juanra Urkijo. Del municipio salieron, por ejemplo, las primeras compresas higiénicas femeninas en comercializarse en el Estado. Con un reconocimiento de forma especial a las muchas mujeres que, en ocasiones en número superior al de los hombres, aportaron su mano de obra a las principales empresas del pueblo; una actividad invisibilizada y salarios inferiores". La concejala de Igualdad, Oihane González, incidió en la "presencia predominantemente femenina en textil, alguna metalurgia, las tabacaleras, la sanidad o el comercio".

Marta Zaldibar, de la empresa Novélame, recordó cómo "entre finales del siglo XIX y principios del XX, la cuenca del río Kadagua vivió un intenso proceso de industrialización" que se tradujo "en un crecimiento poblacional que se duplicó en tres décadas acercándose a los casi 4.000 habitantes en 1930".

Antonio Serrano compró el antiguo molino de la torre de Ibarra para abrir una fábrica que elaborara papel para cigarrillos que comenzó a funcionar en 1871. Tere Pagazaurtundua regentaba un bar cercano y, al igual que otros vecinos de Ibarra y Soiano, acudía a misa a la capilla aledaña al chalé de los Serrano en cuyo estanque había una fuente adquirida en Florencia. Ella sabe bien que "las mujeres siempre hemos tenido que luchar y recordar significa volver a vivir", al tiempo que expresó en la presentación del libro su preocupación por el futuro de la juventud, ya que "en la comarca no ha quedado nada de industria".

En 1894 se levantó en La Herrera Plomos y Estaños Laminados, de donde salían papel de estaño y aluminio en bobinas para envolver tabaco, jabón o alimentos, así como cápsulas metálicas para botellas o tubos. Mariasun Canibe se reunía con otras empleadas en el paso a nivel de Ibarra para desplazarse juntas a la fábrica andando.

En 1902 nació Papelera Española, artífice en gran parte de la transformación de Aranguren. Ana Mari Núñez, Juani Berasategi y Merche Urbaneja tuvieron palabras de cariño para Angelita Berroeta, administrativa que impartía mecanografía y taquigrafía a las jóvenes empleadas como ellas en un local de la parroquia después de finalizar su jornada laboral en la sede de la empresa en Bilbao.

En el mismo núcleo urbano se emplazaba la fábrica de Lacabex Hermanos, a la que apodaban coloquialmente La Guata. "Servilletas y pañuelos plegables, rollos para dentistas, bobinas de guata para hospitales, servilletas, servilletas de dentista e incluso para forrar el interior de los ataúdes" conformaban la producción que muchas trabajadoras cumplían en ocasiones desde sus casas, "donde les trasladaban semanalmente un carro cargado con cajones de material para plegar". "Así empecé yo, haciendo todo de forma manual y a la semana nos daban el sueldo en un sobre", evocó Pilar López. En 1973 un incendio que los bomberos tardaron más de veinte horas en sofocar devoró La Guata y destruyó trece millones de servilletas preparadas para salir al mercado, un incidente que a punto estuvo de terminar con la actividad de la empresa. Las instalaciones se transformarán en un centro de creación artística.

Desde el barrio de Lusa, Ramón y Herculano Plaza cambiaron los hábitos de innumerables hogares a partir de 1934 con la introducción de sus planchas, estufas, electrodomésticos, cafeteras, etc. de la marca Fuego. En la década de los cincuenta casi la mitad de los empleados eran mujeres, en gran cantidad contratadas por meses para hacer frente a la demanda de pedidos en invierno. Rosa Mari Velasco y Begoña Aduri formaron parte de aquellas jóvenes que veían una oportunidad de contribuir a la economía familiar... eso sí, hasta el matrimonio.

"Las mujeres predominaron en tabacaleras, textil, sanidad o comercio"

Concejala de Igualdad

"La industrialización se tradujo en que la población se duplicó en tres décadas"

Empresa Novélame