Hay tradiciones que son más persistentes que una pandemia que nos ha arrebatado parte de nuestra vida social. San Blas es un ejemplo. La gente haciendo cola para comprar uno de los cordones que le proteja de los dolores de garganta y la entrada de la Iglesia de San Nicolás de Bilbao con una peregrinación constante de vizcainos es una prueba de ello. Ayer jueves los cordones se conjugaron contra la pandemia.

Las tradiciones hacen un pueblo y esta es sin duda una de ellas. Hoy los cordones viajarán a Madrid, Bruselas, París o Barcelona y un trocito de nuestra cultura recordará que somos un pueblo fuerte más en estos tiempos de pandemia. A 30 céntimos y de todos los colores. Quien lo lleva está protegido.

Eso es lo que llegó a oídos de Marta (28 años) y Cristian (26) de Toledo, estos días de vacaciones en Bilbao. Atraídos por el colorido y porque todos somos un poco supersticiosos compraron sus respectivos cordones para protegerse de los males de garganta.

Haciendo cola estaban también Laura y Miren, de Bilbao y Bakio. Para ésta última una tradición que no se pierde cada año salvo estos dos últimos que el covid ha tenido secuestradas muchas costumbres, Laura hacía su primera incursión en esta feria.

Cerca del templo bilbaino se colocaron 18 puestos que además de los cordones vendieron también rosquillas, la torta de San Blas y los caramelos de malvavisco. Las ventas fueron bien, según dijeron y constataron las colas que se hicieron en cada uno de ellos.

También se ofrecieron cordones en el interior del templo. No se bendecían en el momento pero se anunciaban bendecidos aneriormente. La tradición de los cordones pasa de padres y madres a sus descendientes. La abuela de Sofia cada año envía a su nieta y a sus compañeras de piso un cordón para cada una. Estudian en Madrid y agradecen que se acuerde de ellas y comparta desde Bilbao esta tradición. No es la única. Ana envía a su sobrino en París cordones para él y sus compañeros de piso y los acompaña de caramelos de malvavisco.

Los cordones cruzan el charco cada año hasta los lugares más recónditos. Así la tradicional romería de San Blas, en honor al mártir cristiano al que se atribuye el milagro de curar los males de garganta llega cada año también a los que por motivos diferentes no se encuentran en Bilbao.

El templo de San Nicolás permaneció ayer jueves abierto desde la 9.00 hasta las 13.30 y desde las 17.00 hasta las 19.30 horas para atender la demanda de todos los vizcainos que se acercaron a Bilbao a cumplir con el ritual.

Los cordones o hilos bendecidos deben llevarse durante 9 días, a contar desde el 3 de febrero inclusive, y después deben ser quemados. A partir de ese momento dicen que la garganta estará protegida de enfermedades.