En este sentido, llevamos desde nuestros orígenes innovando, buscando nuevas soluciones a las problemáticas sociales de cada momento: de ocupación, de empleo y de inclusión de las personas con discapacidad con más dificultades. Esta actitud de mejora y cambio permanente ha propiciado múltiples avances, como, por ejemplo, desarrollar una formación profesional adaptada, sistemas de reconocimiento de la experiencia laboral, incorporar un modelo de apoyos para el envejecimiento activo de las personas o promover el acceso de las personas con discapacidad intelectual al empleo público, entre otros.

En los últimos años, en la base de nuestra agenda de innovación está la generación de Valor social integrado en Bizkaia y el impulso de la transformación digital, lo que ha supuesto que, en 2020, nos pudiéramos adaptar, con un impacto social muy relevante, a una situación compleja, inestable e incierta, manteniendo el empleo, los apoyos a las personas y la respuesta a nuestros clientes.

Así, el haber desarrollado anteriormente unos sistemas soportados en una red privada virtual, las herramientas de gestión necesarias y los dispositivos preparados para ello, posibilitó el teletrabajo, prácticamente de un día para otro, para más de 200 profesionales de Lantegi Batuak. Además, disponíamos de una plataforma digital para la orientación y selección de personas y un portal de formación online cuya puesta en marcha tuvimos que acelerar. De esta forma, procesos formativos presenciales, que hubo que suspender, se convirtieron en cursos online que las personas pudieron seguir en remoto, contribuyendo a su desarrollo profesional.

Esta apuesta digital nos permitió poner en marcha un sistema de Apoyo Sociolaboral Virtual alojado en nuestra web, gracias al cual un colectivo de más de 800 personas con discapacidad intelectual, usuarias del servicio ocupacional siguieron recibiendo apoyos en remoto cuando, debido a la pandemia, se produjo la suspensión presencial de dicho servicio.

Ninguno de estos pasos fue sencillo, pero sin duda no habrían sido posibles si, como organización, no camináramos de la mano de la innovación, si no fuera en nuestro ADN. Porque las empresas sociales, aquellas que trabajamos con las personas que más necesidades de apoyos tienen, debemos caminar, por un lado, unidas a la realidad de nuestros clientes y las necesidades actuales de las personas a las que servimos y, por otro, mirando a los retos que están por venir.