Están todos bien. A 13 horas de vuelo, con un océano en medio y a más de 8.500 kilómetros. Pero están bien. "Solo una persona tiene algunos síntomas, nada que pueda alarmar a nadie. El resto, bien". Jan Puertas, uno de los estudiantes vascos de Mondragon Unibertsitatea contagiados por coronavirus, quiso mandar un mensaje de tranquilidad a su familia y amigos desde el Hotel Irazú de San José, en Costa Rica, donde han tenido que aislarse tras dar positivo en coronavirus. El resto de sus compañeros también dieron positivo.

En total, según ha confirmado el alumno, son 39, entre estudiantes y profesores, los confinados al otro lado del Atlántico. Todo ellos estaban en el lugar para aprender y vivir la experiencia, un viaje normal dentro del plan de estudios del Grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN) que ofrece Mondragon Unibertsitatea. Los 39 quieren volver a Romo, Berango, Bilbao, Laukariz y en definitiva, a Bizkaia, su casa, pero antes deberán pasar una cuarentena preventiva.

Llegaron a Costa Rica el 15 de mayo y pensaban volver el 12 de junio, pero el 13 tuvieron que trasladarse al hotel que será su casa particular hasta, "como máximo" el día 23 junio, aunque la cuarentena finaliza el día 21 y ya están trabajando en esa "repatriación". "Estamos muy tranquilos. Nuestros padres y madres están informados las 24 horas del día y nuestros coaches están gestionando los vuelos para la vuelta a casa", ha asegurado Jan Puertas a DEIA.

El alumno contagiado ha querido dejar claro que no saben el momento exacto en el que pudieron contagiarse: "Los contactos estrechos han sido entre nosotros, con la gente local hemos sido muy cuidadosos, siempre cumpliendo las medidas, con mascarillas y distancia". En LEINN los alumnos se dividen en equipos desde primer curso. Por esta razón, como ha explicado el estudiante contagiado, el único momento en que estaban sin mascarilla era mientras convivían con el resto del grupo, de 13 personas, con quienes ha compartido la experiencia.

VOLVER A CASA

Aunque para Jan Puertas "personalmente fue un bajón" recibir la noticia, pues "ya estaba mentalizado con la vuelta", ha insistido en que los días están pasando rápido, "ningún compañero está angustiado y lo único malo, lo peor, es el aburrimiento".

Ese "bajón" se produjo cuando a la hora de regresar, tres de los alumnos se sintieron indispuestos y por seguridad decidieron realizar un test covid a todo el grupo. "Todos los alumnos dieron positivo y el resto, al ser contactos directos, no pudieron volver a Euskadi y se tuvieron que quedar también en Costa Rica", comentaba a este periódico el pasado martes la responsable de Marketing de Mondragon Unibertsitatea, Amaia Aizpuru.

La misma Aizpuru señalaba que solamente tres estudiantes se encontraban con algún leve malestar: dolor de cabeza y otros síntomas asociados. El resto son asintomáticos y permanecen atentos al desarrollo del contagio.

En el caso de Puertas, ha contado que lo había confundido con un catarro, pero que llegó a perder el gusto y eso encendió su alarma interna: "Hace unos días viajamos a un campamento donde hacía frío, donde no había agua caliente. En el autobús me encontré mal. Pensé que era un resfriado, un catarro, un cambio de temperatura". Puertas no le dio importancia. "De hecho se me pasó a los dos días. Claro, cuando perdí el gusto pensé en lo que finalmente resultó ser: coronavirus".

Son el último grupo de los más de 100 alumnos que han ido pasando por el país latinoamericano este año y desde abril, más de 200 sumando otros países como Corea.

Cada uno en su habitación, trabajando en sus proyectos de emprendimiento empresarial relativos a sus estudios, con reuniones telemáticas, viendo películas y disfrutando de dos camas de matrimonio por habitación, así es como esperan el resultado negativo de las pruebas tras la cuarentena los estudiantes vascos contagiados y aislados en Costa Rica. Un resultado negativo que se convertirá en el pasaporte para volver, por fin, a casa.