Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, cree que resta mucho por hacer tras la ampliación horaria.

Buena noticia, ¿no?

—Todo lo que signifique recuperar actividad lo es. Se parte es una situación tan dantesca, que todo lo que sea mayor facturación es positivo.

¿Considera que es suficiente?

—No, quedan cosas en el tintero, como incrementar el número de cuatro personas. Es el borrón negativo.

¿Cuánto queda para la normalidad?

—Mucho. Recuperar las barras, la vuelta del ocio nocturno, que los aforos interiores vuelvan al 100%, no poder consumir en la calle, que para algunos establecimientos pequeños es clave. Y queda la mascarilla.

¿Los clientes no cumplen?

—Hay parte que no están dispuestos a ir a un establecimiento si tiene que estar quintándosela y poniéndosela. No están cómodos y les coarta ir a los locales hosteleros.

Más horas, más camareros, más cocineros, ¿menos ERTE?

—Necesariamente. Al haber mayor área de actividad hay mayor necesidad de mano de obra que supone reincorporar a trabajadores.

Me dicen que la costumbre europea de cenar temprano no ha calado.

—En absoluto. Aquí comemos a las dos o a las tres y a las 20.00 no tienes hambre. Por eso, para la restauración, esas dos horas de más son claves.

¿Se mitigarán los exilios de cuadrillas que cenaban fuera de la CAV?

—Esperemos, porque muchas iban a Villasana de Mena, a Villarcayo, a Castro Urdiales...

¿Seguirá la presión del sector?

—No me gusta la palabra presión. Damos argumentos con los que creemos que se pueden determinar decisiones concretas. La tomada el lunes es acertada; la de seguir con los cuatro comensales por mesa, no. /Foto: