El dispositivo de búsqueda del cuerpo de Joaquín Beltrán en el vertedero de Zaldibar prevé que a mediados de mayo se pueda estar rastrillando la última “zona caliente”, en la que se encontraba el vehículo del trabajador cuando se produjo el derrumbe.

Todas las expectativas de encontrar los restos del operario desaparecido en el deslizamiento de la ladera están puestas en este último espacio en el que se rastrillarán 15.000 metros cúbicos de residuos. Se trata del área más comprometida de todo el vertedero desde el punto de vista geotécnico, por encontrarse a pie del dique y ser el lugar con mayor cota de material desprendido sin una mínima compactación. Según fuentes oficiales, se trata del último lugar de búsqueda y, en caso de que el cuerpo no sea hallado en esa zona, cesarían las labores para localizar a Joaquín Beltrán.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, acompañado por el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, y la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, supervisó ayer miércoles los trabajos de emergencia que el Gobierno vasco desarrolla en el vertedero desde que se produjo su colapso, en febrero de 2020, sepultando a dos trabajadores: Alberto Sololuze, cuyos restos fueron localizados el 16 de agosto del año pasado, y Joaquín Beltrán, que aún no ha sido encontrado.

La fase 4 Tras la visita realizada ayer miércoles, el Gobierno vasco informó en un comunicado de que los equipos que trabajan en las labores de búsqueda de Joaquín Beltrán tienen previsto que a mediados de mayo se pueda rastrillat la última zona caliente: la fase 4 del desmonte 4, que es la zona en la que se encontraba el vehículo de Beltrán con las llaves puestas y el motor en marcha cuando fue arrastrado en el derrumbe a una distancia de unos cien metros ladera abajo.

Fuentes del Ejecutivo precisaron que se trata de la última zona en la que consideran que hay probabilidades de hallar los restos del desaparecido, por lo que, si no se localiza en ese rastrillado, cesarán las labores de búsqueda.

Según explicaron desde el Gobierno vasco, la dificultad para acceder al área objetivo de este último dispositivo radica en que no resulta posible realizar un corte directo en la masa de residuos desprendida y los equipos deben retirar el material acumulado partiendo desde zonas superiores a una distancia considerable y construyendo pistas que mantengan las pendientes máximas que eviten posibles nuevos desprendimientos.

Otra incertidumbre con la que se encontrarán los equipos es la de las condiciones específicas de la zona, especialmente en lo referido a la temperatura alcanzada, tanto en el momento del desprendimiento como posteriormente por la posible presencia de lixiviados cuya medición en otras áreas reflejó registros de aproximadamente 70 grados.

De hecho, en las tareas llevadas a cabo recientemente en la zona del lavarruedas del vertedero, los técnicos del operativo comprobaron asombrados el desgaste producido en las estructuras de hormigón como consecuencia de la fricción y las altas temperaturas alcanzadas en el momento del accidente.

Estabilizar y compactar

Además de en acercarse al área objetivo, los esfuerzos de los equipos que trabajan en Zaldibar se centran actualmente en estabilizar, compactar y conformar el depósito de residuos DS1 para que, una vez sellado, la forma del vertedero derive las aguas pluviales limpias que caigan encima a las cuencas perimetrales, evitando la contaminación de agua y la generación de lixiviado. Y es que, al tiempo que se trabajaba en la localización de Beltrán, se han ido desarrollando labores para el sellado provisional del vertedero -con arcillas-, concretamente en las zonas superiores -numeradas como 9 y 6-, con el objetivo de minimizar la cantidad de lixiviado generado. El Gobierno vasco informó hace un mes de que había ejecutado una red de piezómetros de control en el entorno del vertedero para la vigilancia ambiental de las aguas subterráneas.

Hasta el momento en el vertedero de Zaldibar se han movilizado más de 700.000 metros cúbicos de residuos y rastrillado más de 400.000 metros cúbicos, precisamente los referidos a las zonas prioritarias de búsqueda de los restos de Joaquín Beltrán, en función de la última localización conocida del operario segundos antes del derrumbe y de las áreas a las que podría haberse dirigido en aquellos momentos.

Efectivos de Emergencias del 112-SOS Deiak y de la Ertzaintza se han encargado de extraer y analizar “minuciosamente” cada metro cúbico de material desalojado de la zona del derrumbe durante esta larga búsqueda. Según indicó el Gobierno vasco, es un trabajo “muy complejo y que entraña mucha dificultad”, que requiere el apoyo de la Unidad de Policía Científica y la sección de caninos de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza.

La situación

Residuos. Hasta el día de hoy se han movido más de 700.000 metros cúbicos de residuos y rastrillado más de 400.000, precisamente los referidos a las zonas prioritarias de búsqueda, en función de la última localización de Joaquín Beltrán.

Medios. Se han instalado más de 140.000 metros cuadrados de láminas de geosintéticos, se han ejecutado 2.500 metros de carril hincado, se han dedicado 24.500 horas de retroexcavadora, 15.000 horas de vehículos extraviales, 4.900 horas de maquinaria de compactación, 75.000 horas de mano de obra y 19.500 de ingeniería.

Estabilización. Se ha trabajado en la estabilización de la masa deslizada. Para asegurar que la masa remanente de residuos es estable, se ejecutó un dique de escollera y material de cantera, de 47.173 toneladas.