La Diputación de Bizkaia empieza este lunes otro de los trabajos que está llevando a cabo para aliviar los atascos que se producen de manera habitual en el acceso al puente de Rontegi desde la margen derecha de la ría. La intervención en la zona de Plaiabarri se viene a unir a las que está acometiendo también a pocos metros, en la conexión de la salida del puente hacía el corredor del Txorierri, y suponen unas obras que pretenden evitar la congestión en este punto crítico de la red viaria hasta la llegada en 2029 del vial que unirá ambas márgenes bajo la ría y será alternativa al paso elevado.

Una inversión foral de 2,6 millones de euros y diez meses de trabajo permitirá remodelar el punto donde actualmente convergen el Corredor del Txorierri, la BI-30, y La Avanzada, la BI-637, en la zona conocida como Plaiabarri. Ambas vías llegan a este punto con dos carriles cada una hasta fusionarse en tres. Además, unos 300 metros más adelante se incorpora un cuarto carril. Este escenario provoca un efecto embudo en la malla viaria que adquiere calidad de atasco, sobre todo por las tardes y al mediodía de los viernes cuando muchos conductores salen de fin de semana.

La intervención consistirá en ensanchar esta confluencia para dar continuidad a los cuatro carriles procedentes de ambos troncos hacia el puente e incorporando el tráfico que llega de Plaiabarri en nuevo carril de aceleración.

Esta actuación se completará con diversas actuaciones que dejarán este tramo totalmente actualizado. Así se procederá a la reposición de la capa de rodadura de toda la zona afectada por las obras, la renovación de las defensas, así como la implantación de una barrera rígida de hormigón en la mediana para proteger los nuevos pórticos implantados recientemente en la calzada opuesta.

Otras actuaciones previstas en el proyecto también contemplan la renovación de todas las farolas, la reposición de las canalizaciones de fibra óptica y la construcción de un muro anclado de 112,5 metros de longitud y tres metros de altura para verticalizar el talud derecho en la zona ampliada sin aumentar la ocupación de terrenos. Como remate se revegetará toda la zona donde se actúe.

Conscientes de que durante las obras no se puede restar ningún carril de paso, las obras se han diseñado para mantener los actuales aunque un poco más estrechos, en concreto con un ancho de 3,5 metros, suficiente para el tránsito pero a una velocidad más reducida que se requerirá mientras se prolongue el tajo.

Las congestiones en esta zona se dan con más frecuencia en las tardes de los días laborables (de 17 a 19 horas) y en los mediodías de los viernes (de 14 a 15 horas).

Esta intervención y otras en marcha quieren paliar las consecuencias de la elevada intensidad de tráfico que soporta el entorno de Rontegi hasta que entre en servicio el túnel bajo la ría.

Durante los trabajos se causarán las menores afecciones posibles al tráfico, manteniendo el número de carriles actuales con una anchura mínima de 3,30 metros.

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La previsión foral es que los trabajos se prolonguen diez meses con lo que para final de año entrará en servicio la solución.