La hostelería ha sido claramente uno de los sectores más afectados por pandemia. Las numerosas medidas de seguridad y, en muchos casos, el cierre total o parcial del establecimiento durante una temporada ha hecho que empleados y empleadas de este mundo estén atravesando un momento de lo más delicado en lo que a la economía respecta. No obstante, los taberneros y restauradores de municipios como Mungia han aprovechado esta crisis para unir fuerzas e intentar salir adelante remando en la misma dirección y, para ello, han llevado a cabo diferentes iniciativas. Por ejemplo, han elaborado, junto con la cooperativa Boga Garagardoak, una cerveza en homenaje a Begoña Millán, dueña del bar Zubikoa y hostelera más veterana del municipio. Este brebaje, de la modalidad Pilsen y de kilómetro cero, dedica a la mungiarra un mensaje de agradecimiento, además de ánimos para el resto de trabajadores del sector: “Ostalaritza aurrera! Eskerrik asko Begoña!”. “Es un gesto que no me esperaba para nada y ha sido realmente emocionante. Siempre es de agradecer que reconozcan la labor de una y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión. Estoy muy agradecida a mis compañeros y compañeras y a Boga. Además, se agradece mucho el hecho de que no haya sido un homenaje póstumo”, reconocía Begoña entre risas.

Su extensa andadura en el mundo de la hostelería comenzó allá por 1965, cuando, junto con su marido, decidió abrir el Restaurante Zubikoa. Desde entonces, el establecimiento ha ido ofreciendo todo tipo de servicios, adaptándose a las necesidades y al mercado de cada año, hasta convertirse en 2017 en un local de ocio nocturno. Una condición que ha hecho que, desde el pasado 8 de marzo, el establecimiento no haya podido abrir sus puertas. Por ello, Begoña conoce de primera mano el duro momento por el que está pasando el mundo de la hostelería: “Es una situación muy complicada. Todos y todas las hosteleras de Mungia se desviven para cumplir con todas las medidas de seguridad y, aún así, han tenido que cerrar en diferentes ocasiones. No obstante, y aunque yo creo que nada volverá a ser como antes, tengo muchas ganas de volver a abrir para poder trabajar. Estamos expectantes de cómo pueda evolucionar la pandemia, pero esperemos que todo se solucione lo antes posible”. Y es que, según admite la propia mungiarra, el mundo de la restauración es su pasión: “Me encanta mi trabajo. Siempre he estado enamorada de la hostelería. Me gusta servir a la gente, escuchar a la clientela, hablar con ellos… Es un mundo que me fascina y espero poder disfrutar de ello lo antes posible”.

Desde el inicio de la pandemia, Mungia ha sido testigo de varias iniciativas llevadas a cabo por el sector de la hostelería, como por ejemplo el homenaje a Begoña. Y es que, según ella, la complicada situación ha hecho que todo el sector se una para remar en una misma dirección por el bien común. Asimismo, la ciudadanía mungiarra también ha dejado clara su disposición solidaria con gestos que han tenido mucho eco mediático, como por ejemplo el Poteo virtual llevado a cabo por la cuadrilla Bikingoak. Este grupo de amigos repartió sobres con 15 euros y un bertso dando ánimos a todos y cada uno de los bares de Mungia. “Fue algo emocionante. Todavía se me eriza la piel recordando el momento en el que abrí el sobre. El dinero es lo de menos, algo simbólico. Pero el gesto me pareció increíble. Generalmente, la ciudadanía de Mungia suele ser muy solidaria cuando es necesario; aún recuerdo las inundaciones de 1983, en las cuales no tuve que coger una escoba. El equipo de rugby del pueblo, Torpedo Gorria, me limpió y recogió todo el bar”, recordaba Begoña con los ojos llorosos por la emoción. En resumidas cuentas, podría decirse que la pandemia ha permitido a Mungia sacar a relucir su lado más solidario, teniendo en cuenta la unión entre trabajadores y trabajadoras del sector hostelero y, por otro lado, las acciones desinteresadas de la población.