Cáritas Bizkaia está muy orgullosa de su voluntariado. Las personas voluntarias son ejemplo de compromiso, de servicio y gratuidad en estado puro. La organización no se entiende sin voluntariado. Sería como una casa sin cimientos. Sin personas voluntarias no sería Cáritas.

No hay duda, por tanto, que una de las señas de identidad y uno de los fundamentos de la organización es la participación de las personas voluntarias. El voluntariado es una clara expresión del compromiso por la transformación.

Según la última memoria anual, correspondiente al año 2019, un total de 1.937 personas participaron como voluntarias en alguno de los 283 proyectos que Cáritas Bizkaia tiene repartidos por el territorio. De esta cifra, el 81% son mujeres.

Más reciente en el tiempo, en lo que va de año 2020, el número de personas voluntarias ha sido de 1.887, de ellas, 1.498 mujeres, lo que representa un 79,4%, y 389 hombres, lo que supone un porcentaje de 20,7%.

Los datos dejan ver claramente una mayor presencia de mujeres dentro del voluntariado de Cáritas Bizkaia, aunque la tendencia es que poco a poco, cada año aumenta el número de hombres voluntarios.

Las nuevas incorporaciones de este año alcanzan las 117 personas, y de ellas, 74 han sido mujeres y 43 hombres.

Respecto a la edad de las personas voluntarias, la media se sitúa en torno a los 60 años, siendo algo mayor en el caso de las mujeres que de los hombres. La persona voluntaria más joven tiene 17 años mientras que la de más edad alcanza los 95 años.

En relación al nivel de formación se observa una gran variedad entre las personas voluntarias de Cáritas Bizkaia. Cerca de la mitad (el 44%) ha cursado estudios de grado superior y doctorado, y un porcentaje de en torno al 20% ha alcanzado formación básica. El resto se reparte entre estudios de Bachiller y Formación Profesional, entre otros. Un número importante de personas voluntarias combinan su participación en Cáritas Bizkaia con su formación académica.

Permanencia

El 40% de las personas voluntarias se ha incorporado en los últimos cinco años al voluntario, mientras que el resto, el 60% lleva más de cinco años comprometida con Cáritas Bizkaia y hay personas que son voluntarias desde hace más de 40 años, lo que muestra fidelidad y compromiso.

Pese a estos datos de participación, la pandemia está dejando muchas e importantes “heridas” en personas y familias, lo que hace pensar que va a ser necesario incrementar la apuesta por ellas, con formación y acompañamiento en la búsqueda de empleo, con apoyo económico a las familias que han perdido su puesto de trabajo, facilitando salidas inclusivas para las personas sin hogar, ofreciendo actividades de ocio para menores con escasos recursos, acompañando las pérdidas de familiares…

Estas tareas tan urgentes y necesarias requieren de mucha colaboración y contar con más personas voluntarias permitirá incrementar los servicios, y poder acercarse a realidades alejadas o menos visibles y acompañar en procesos de inclusión.

Bajo esta reflexión, recientemente Cáritas Bizkaia ha puesto en marcha una campaña para invitar a la incorporación de voluntariado bajo el lema El poder de cada persona. “En Cáritas tenemos el convencimiento de que todas las personas tenemos el poder, la posibilidad y la oportunidad de mejorar el mundo y la vida de las personas que sufren. Hacer de la pandemia una oportunidad de cambio. Sumando gestos, gestos de solidaridad, de fraternidad y de justicia”, suscribe Mavi Laiseca, responsable del Voluntariado.

REQUISITOS

A todas las personas que se acercan a Cáritas para colaborar desde el voluntariado se le invita a participar en un proceso denominado Para ser y hacer voluntariado, mostrando que el voluntariado no solo tiene que ver con lo que se hace, sino también con lo que se piensa, se vive, en definitiva, “con lo que somos”.

La manera habitual de organizar el trabajo del voluntariado en Cáritas Bizkaia es por equipos. En grupo se distribuyen las tareas, se establecen prioridades, se contrastan las situaciones, se comparte la experiencia…. “En el equipo nos acompañamos, hablaamos de cómo estábamos, cómo nos sentimos, compartimos nuestros temores, nuestras alegrías, nos trasmitimos ánimo”, concluye Laiseca