Medio siglo de arte e historia en Ezkurdi

N 1970 se abrieron por primera vez las puertas de las Salas Municipales de Cultura del parque Ezkurdi. Desde entonces este espacio conocido como Ezkurdi Aretoa se fue convirtiendo en referente de la producción artística de Euskadi, que bajo la dirección de Leopoldo Zugaza acogió durante los siguientes 25 años un importante número de exposiciones de los principales representantes de la Escuela Vasca y que en las últimas décadas es gestionado por la Asociación Artística del Duranguesado.

Ahora, con medio siglo de vida, el Museo de Arte e Historia de Durango y el Ayuntamiento de la localidad recordarán esta efeméride con una nueva exposición que se prolongará hasta el próximo 26 de julio y en la que se recopilarán algunos de los carteles de las muestras exhibidas durante estas cinco décadas y obras de Ibarrola, Luis Sanz, Balerdi, Chillida, Merche Olabe, Zumeta, Mari Puri Herrero, Andrés Nagel, Alcain, Concha Saez, Marrodán, Tamayo y Ferreño.

Con el inicio de las obras de urbanización de la antigua plaza de Ezkurdi realizadas entre 1970 y 1971, en los bajos de la antigua plaza, se instalaron las Salas Municipales de Cultura. Con un espacio expositivo muy peculiar y llamativo, en forma de semicírculo, cuenta con una superficie de exposición de unos 115 metros cuadrados, con una anchura que debido a su forma es inferior a los 5 metros.

En sus inicios la gestión de la sala fue asumida por Gerediaga Elkartea, de la mano de Basilio Arana, Jesús Astigarraga y Leopoldo Zugaza y a ellos quiso agradecer el Ayuntamiento “la labor realizada desde un primer momento porque el patrimonio cultural que supone la Sala Ezkurdi nos ayuda a crecer como pueblo”. Y es que “con un claro objetivo educativo y la implicación de numerosos colaboradores como ellos, las Salas Municipales de Cultura fueron el germen del Museo de Arte e Historia de Durango, que logró constituir uno de los fondos públicos de arte vasco más destacado de la década de los 80” asegura Mikel Onandia, profesor del Departamento de Historia del Arte y Música de la UPV/EHU.

En la actualidad es la Asociación Artística del Duranguesado, quien colabora con el Ayuntamiento en la gestión de la sala y quien se encarga de organizar diversas exposiciones fotográficas, de arte y pintura. “Hace 30 años vimos que si querías exponer tenías muchas dificultades si ibas por libre y por eso nos formamos como asociación sin ánimo de lucro. Desde entonces podemos decir que hemos hecho varios peregrinajes hasta estar en esta sala”, relata José Luis Martínez de Antoñana, presidente de la Asociación Artística del Duranguesado.

En 1990 se fundó precisamente la Asociación Artística del Duranguesado que es otro de los grandes pilares que han podido mantener vivo el espíritu de Ezkurdi Aretoa. “Los primeros años pudimos exponer en los bajos de un local en Madalena, pero luego se nos fue reubicando en diferentes sitios, incluso en los soportales de San Agustín hasta que llegó la reforma y vinimos a Ezkurdi Aretoa donde llevaremos igual unos 20 o 25 años. La verdad que son muchos años, pero estamos muy contentos porque si no hay sala, no hay vida y esto está abierto a todo el mundo, incluso a gente fuera de la asociación, por eso pedimos a la gente que se acerque y se anime”.

Para seguir fomentando la participación y pese a las innumerables incertidumbres por la crisis sanitaria actual, la Asociación Artística del Duranguesado también está inmersa en los preparativos de la XX edición del concurso de pintura Villa de Durango, que repartirá 1.800 euros en premios y cuya muestra final acogerá la propia Sala Ezkurdi a partir de octubre.

Por el momento y hasta el próximo 26 de julio, el espacio expositivo de Ezkurdi seguirá estando ocupado y lleno de vida, de arte y de historia como la que acumula desde sus inicios hace ahora 50 años.

Hasta el próximo 26 de julio se expondrán algunas de las obras de Ibarrola, Luis Sanz, Balerdi, Chillida, Zumeta Merche Olabe o Andrés Nagel

En los inicios de este espacio expositivo la gestión la asumió Gerediaga Elkartea y fue el germen del Museo de Arte e Historia de Durango