Hay vidas que sirven para contar pasajes de la historia. Una de esas vidas que son un puro reflejo de lo que ha acontecido en el siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI es la de Carmen Tordera, una vecina de Barakaldo que cumplirá el jueves 107 años. Cuando Carmen nació en La Arboleda allá por mayo de 1913, el antiguo campo de San Mamés estaba a escasos tres meses de ser inaugurado y la sociedad, sin duda, era muy distinta a la actual. Carmen ha sido testigo y, de alguna manera parte, de todos los cambios que se han sucedido en estos 107 años. "Creo que el hecho de ser una persona tan activa y trabajadora ha sido clave para que viva tantos años. De hecho creemos que es la vecina más longeva de Barakaldo", reconoce Filo González, una de sus tres hijos con quien vive en Barakaldo desde 1996.

La vida no ha sido un camino de rosas para Carmen. Al contrario, ha sido un durísimo recorrido desde sus inicios. Y es que se quedó huérfana de padre con tan solo 3 años. Este hecho le obligó a emigrar junto a su familia al norte de la provincia de Burgos. A ella, la gripe de 1918 le cogió con tan solo 5 años y aquella pandemia no hizo más que dificultar aún más la situación de las familias humildes. "Mi madre tuvo que trabajar desde muy joven. Cuando tenía solo 5 años llegó la gripe de 1918 y todo lo que conllevó aquella pandemia. Tuvo que luchar mucho porque su vida ha sido durísima, llena de calamidades. De todos esos momentos ha salido adelante con mucho esfuerzo y sacrificio", recuerda Filo. Y es que para Carmen, la República también fue dura y ni qué decir de aquella Guerra Civil que padeció en sus carnes, cuando ya vivía en Villarcayo.

En la vida de Carmen, el tren ha sido importantísimo, no en vano, Julián, su marido, fue ferroviario y por el trabajo de su esposo tuvo que residir en diversos lugares. Aranjuez, Villarcayo, Irun y Barakaldo fueron las ciudades en las que vivió durante la trayectoria profesional de Julián. Por ejemplo, la posguerra y su hambruna la vivieron en Villarcayo, lugar en el que Julián estaba destinado como ferroviario. "Había que ganarse la vida como fuera porque mi padre ganaba cuatro perras. Mi madre siempre ha trabajado mucho, fue cocinera en un hotel, trabajó en una fábrica y hasta acogimos huéspedes en casa para sacar unas perras", explica la hija de Carmen.

Con tal de sacar a sus tres hijos adelante, Carmen no dudaba en cogerse un tren desde Villarcayo hasta Jaén -lo que eran 24 horas de viaje- para comprar aceite, con todos los riesgos que aquello podía suponer en pleno franquismo. "Mi abuela es un ejemplo de lucha, de plantar cara a la adversidad. Es un ejemplo para toda la familia porque siempre ha estado ahí para ayudar a quien lo necesitase", apunta Francisco González, nieto de Carmen.

Carmen volvió a Euskadi y lo hizo, en primera instancia, a Irun para, más tarde, llegar a Barakaldo. Allí estuvo hasta 1978, cuando Julián se jubiló y volvieron a Villarcayo. Por desgracia, su marido falleció en 1995 y meses después, Carmen sufrió una trombosis que no solo superó, sino que no le frenó en su espíritu activo y sus ganas de trabajar y ayudar. Desde hace 24 años reside en Barakaldo junto a su hija Filo y su yerno. No es una desconocida para el Ayuntamiento de la localidad fabril, puesto que hace siete años, fueron a visitarla para celebrar con ella su 100 cumpleaños. "Es un día que recordamos con mucho cariño porque fue algo muy bonito", rememora Filo.

Por desgracia, la situación actual global y la particular de Carmen no permiten grandes celebraciones. El estado de alarma impedirá a sus nietos y familiares que residen fuera de Bizkaia estar con ella en un día tan señalado como el del próximo jueves. Ese día, la acompañarán sus familiares que viven en el territorio histórico, pese a que en los últimos meses, tal y como apunta Filo, Carmen "ha sufrido un bajón muy grande". A pesar de todo, la centenaria sigue adelante, quién le iba a decir que un siglo después, tras vivir la gripe de 1918, iba a soplar las 107 velas y que lo iba a hacer en mitad de otra pandemia. Un obstáculo más en una vida que es toda una clase de historia.

Nacida en La Arboleda, Carmen ha destacado por ser una mujer sacrificada, activa y luchadora contra las adversidades

Carmen, que se quedó huérfana a los 3 años, ha vivido dos pandemias, una guerra, la posguerra y la dictadura franquista