ESDE el día que fue activada la orden confinamiento, la Fundación Gizakia se puso en contacto con el Ayuntamiento de Bilbao, en concreto con el Área de Políticas Sociales, para asistir a las personas que durante este tiempo de aislamiento son derivadas desde albergues, centros de día e incluso desde la propia calle a los polideportivos para que pasen allí el largo periodo de aislamiento obligatorio.

Estíbaliz Barrón, psicóloga clínica y directora de Gizakia, entidad social promovida por la diócesis de Bilbao y comprometida con las personas que tienen dificultades, realiza estos días labores de atención en estos polideportivos, donde muchas de las personas que se encuentran confinadas sufren, además, problemas de adicción o trastornos mentales que necesitan ser objeto de seguimiento. Incluso, señala, puede tratarse de problemas de alcoholismo que hay que atender porque “al final la situación es que en estos espacios habilitados están hasta cincuenta personas que no se conocen; muchos de ellos jóvenes que necesitan salir a la calle, como le ocurre al resto de la población”, señala Barrón.

El motín que se produjo el pasado sábado en el polideportivo de Txurdinaga, cuando unos jóvenes pidieron tabaco y cervezas, solo es el reflejo de la difícil situación que viven estas personas. Barrón cree que la ciudadanía debería ser también, en estos casos, solidaria y entender que este colectivo tiene los mismos derechos como el resto de la población. Lo dice porque le molesta que haya ciudadanos que criticaran que el motín se resolviera llevando a estos chicos tabaco y cervezas, sin entender que estos jóvenes tienen otras patologías y están confinados con gente que no son sus familias.

En aquellos casos en los que tienen adicciones y no pueden salir a la calle a conseguir droga, el problema se agrava. Para atender estas circunstancias sobrevenidas a la propia crisis del coronavirus, desde Gizakia han tomado medidas que les permiten atender a este grupo humano. Barrón explicó que la sala de consumo de Bailén ha sido ampliada y también le están dando un uso para acoger el programa de desintoxicación. Gizakia no ha cerrado sus salas de atención, aunque en algunos casos, cuando se trata de seguimientos sobre patologías mentales, las esté realizando por teléfono. “Seguimos atendiendo a la gente y a los usuarios que están en la calle les trasladamos a uno de los recursos habilitados”, explica.

Además, han montado una unidad móvil con la que cada día se trasladan a los polideportivos en los que se encuentran confinadas las personas sintecho. Allí pasan consulta psicológica para ver cómo se encuentran y darles también un apoyo.

Barrón señaló que hasta ahora han estado en contacto con el Área de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao, pero que han iniciado contactos con el Área de Salud y Consumo, así como con Osakidetza para hacer en estos centros una atención primaria. La directora de Gizakia explicó que están montando espacios para posibles casos de coronavirus que pudieran surgir entre estos colectivos, en coordinación con el Ayuntamiento de Bilbao y la DYA.

Además, a los usuarios de estos centros les está asignando centros de salud de referencia, en función del lugar donde se encuentran confinados para que, si tuvieran un problema, tengan un centro a donde acudir. “Con esto queremos evitar que se colapsen las urgencias”, señaló la directora de Gizakia.

Otra de las líneas de actuación que trabajan incluye a la Comisión Antisida, de cara a que facilite también información. “Estamos en coordinación con otras asociaciones, como Etorkintza o Cáritas, para el suministro de ropa, porque muchas de estas personas llegan a los polideportivos sin nada y ni siquiera tienen vestimenta para cambiarse”, apunta.

Desde esta unidad móvil improvisada en su coche particular, la directora de Gizakia recorre cada día los diferentes polideportivos en los que el Ayuntamiento ha habilitado espacios para acoger a las personas sin hogar y que suman una población de 350 personas. Ayer, tras visitar Txurdinaga y Deusto, se dirigieron al Fango, en Rekalde, para acabar en Miribilla y mantuvieron contacto con La Casilla. Barrón dice que “la gente está ya más tranquila pasados los primeros días en los que también ellos han tenido que adaptarse a esta nueva situación de crisis”.

Sin embargo, también lamenta las situaciones de incomprensión que se encuentran. Se refiere, por ejemplo, a las críticas de vecinos que ven a los jóvenes comiendo en la terraza del polideportivo. El polideportivo de Txurdinaga no tiene aún un espacio habilitado para comer, motivo por el que ayer muchos de ellos lo hicieron en la terraza. “Hay que entender que en estos momentos el polideportivo es su casa, y las personas que se encuentran en él, su familia. No les podemos prohibir que estén en grupo o que salgan fuera del edificio”. Por ello pide a la población que sea tolerante y solidaria con estas personas, de la misma forma que solicita que sean respetados los salvoconductos que reciben las personas que necesitan salir de estos recintos. En este sentido, reclama coordinación para que las personas que disponen de esta autorización no tengan el temor a ser paradas y amenazadas con multas.

Barrón considera muy importante que la sociedad entienda que se trata de una población que ya tenía unos trastornos previos y, en otros casos, unas adicciones que no pueden superarlas de un día para otro.

Este es precisamente el trabajo que intenta realizar Gizakia desde su atención a las personas que se encuentran en los polideportivos para pasar los días de confinamiento. Los profesionales de Gizakia pretenden evitar que estos problemas que puedan tener los acogidos en los polideportivos deriven en otros problemas de convivencia más graves.

Gizakia

Entidad social promovida por la diócesis de Bilbao comprometida con las personas que tienen dificultades. Estos días realiza una atención en los polideportivos donde muchas de las personas que se encuentran confinadas sufren, además, problemas de adicción o trastornos mentales.

350

Es el número de personas sintecho que en estos momentos se encuentran confinadas en cinco polideportivos de Bilbao habilitados por el Ayuntamiento y donde pasarán el confinamiento mientras dure la pandemia del coronavirus.

Unidad móvil

El coche particular de Estíbaliz Barrón, directora de Gizakia, se ha convertido durante estos días en una unidad móvil improvisada para atender a las personas confinadas en los polideportivos que tienen patologías o adicciones y que tienen que seguir algún tratamiento.