- Días antes de un nueva conmemoración del sangriento bombardeo fascista contra Durango del 31 de marzo de 1937, ha fallecido una mujer de 91 años que durante aquel ataque perdió un brazo. Y no solo eso: perdió a su tía que trató de hacer con su cuerpo un escudo que salvara la vida de la ahora fallecida Milagros y de su hermana Teresa, que aún vive en Saubion (Las Landas).
Milagros Minchero Rubio perdió la mano derecha y el antebrazo cuando un avión caza italiano descendió con el objeto de acribillar a la inocente mujer, una niña y una bebé que trataban de escapar del pánico en las cercanías del cementerio de Durango.
Milagros nació en Pasaia el 20 de noviembre de 1928, y su hermana Teresa en Altza -cuando era municipio- el 3 de septiembre de 1935. Vivían refugiadas en días de guerra en Durango. Su padre, Manuel Muñoz El Niño (Villanueva de Tapia, Málaga, 1902) era miliciano del batallón Karl Liebnecht del PCE y luchaba en el frente contra los golpistas y sus cómplices internacionales.
Llegó el 31 de marzo y el desastroso bombardeo de Durango tras el aviso del general golpista Mola que prometió arrasar Bizkaia, si el territorio no se rendía. Por la tarde, regresó la muerte de los murciélagos -como se autocalificaban- bombarderos y la escuadra Cucaracha de Musollini.
La niña Milagros y Teresa se escondían cerca del cementerio de Santikurutz y cuando huían de la mano y arropada la bebé en el seno de su tía Tere Minchero Rubio, la adulta decidió tirarse al suelo y escudar a las menores. Resultó muerta por las balas de uno de los cazas que ametrallaban a quienes huían. Los testigos cuentan aún que planeaban tan bajo que veían "sus caras sonriendo". "Mi tía estaba hecha trizas. Lo recuerdo todo como si lo estuviera viendo ahora. Fue algo tan duro...", daba testimonio la propia Milagros.
"¡Yo ahí renací!", enfatizaba aquella niña que de pronto se vio sin mano, sin tía, al lado de su hermana de dos años. "Decidieron cortármelo desde el codo y así he vivido toda mi vida, con ocho hijos que he sacado adelante", resaltaba. Tres semanas después de aquel 31 de marzo, el 23 de abril mataron a su padre en los últimos días de resistencia ante los facciosos en Elorrio. Sin conocer este hecho, el Gobierno vasco quiso que Milagros fuera evacuada a la entonces denominada URSS en el histórico barco Habana. "¡Pero no! Me bajaron del barco porque con la herida fresca no podía hacer aquel viaje de días. Me dijeron que el mar no era bueno para mi brazo", rememoraba.
Su hermana Teresa tenía dos años y no recuerda nada del bombardeo, pero sí reconoce el gesto de su tía. "Hay un libro en el que pone que mi tía, a la que llaman Muichero en vez de Minchero, murió en Durango fusilada, pero no es cierto, murió a nuestro lado. Milagros y yo estamos vivas por el instinto de ella que murió al tirarse al suelo para protegernos con su cuerpo", narra. Fueron exiliadas a la Bretaña francesa, donde hace poco tiempo aquella misma familia francesa contactó con ella tras ver una foto de una niña sin brazo por Internet. Ahora, con su muerte, el bombardeo genocida pierde una voz más republicana, demócrata, que lo sufrió.
La tía de Milagros murió durante el bombardeo de Durango tras intentar protegerla con su cuerpo del fuego de los cazas italianos
No pudo ser evacuada en el barco 'Habana' porque la herida de la amputación de su brazo era reciente, y fue enviada a Bretaña