Al otro lado del teléfono su voz denota cansancio. Ha pasado la fiebre que le provocó el coronavirus y desde su posición de persona pública, la actriz y cantante utilizó las redes sociales para tratar de concienciar a la gente sobre la enfermedad.

Lo primero es la salud. ¿Qué tal está?

—Descubriendo síntomas nuevos cada día. Es un virus rarísimo que no sigue la lógica de una gripe. Le comentaba a mi chico que parece un poco alienígena. Cuando desaparece la fiebre notas que has perdido el olfato y el gusto€ Cosas así. El hambre también se va. Ahora llevo dos días con dolor de cabeza. Piensas que cuando se pasa la fiebre ya estás en la rampa hacia arriba y empeora el catarro. Pero bueno, que los síntomas son leves y no nos han tenido que llevar al hospital como a otra gente. Aun así tiene su peligro. Esto no es una gripe y el cuerpo lo nota enseguida.

¿Qué hizo al notar los primeros síntomas?

—Pensar que era paranoia mía. El viernes de la semana pasada empecé con tos y me picaba un poco la garganta. También me levanté cansada, con ojeras, pero como algún otro día. Eso sí, el sábado me desperté con fiebre y ya me imaginé lo peor.

¿Cómo ha sido el trato con los sanitarios?

—Esa parte al principio fue terrible. Estuvimos llamando al número habilitado por Osakidetza. Si no hice 20 llamadas entre el sábado y el domingo no hice ninguna. Tampoco me cogieron el lunes. Estaba saturado. Había tal colapso que hasta el miércoles no me daban hora para hablar con mi médico de cabecera. Conseguí hablar con ella y la llamé para avisarle de que aquí en casa estábamos dos con coronavirus, porque ya daba por sentado que había contagiado a mi pareja.

¿Qué le dijo la médico?

—Me dio algunos consejos, porque al ser leves los síntomas ya no se hacían test. Sabemos que tenemos el coronavirus porque en el equipo de grabación, al haber personas con síntomas y ser un grupo grande, hicieron el test a dos personas y estas dieron positivo. Pero a mí nadie me ha hecho un test. No hay suficiente personal ni suficientes pruebas para hacer. Es una crisis sanitaria total y dicen que viene peor. Es lo que más asusta.

Dice que su pareja también está infectada. ¿Cómo se encuentra él?

—Él empezó el martes con la fiebre. Vivimos en un piso pequeñito y es imposible que no se contagiara. Y bueno, ahora está con fiebre más baja, pero es curioso, va siguiendo todos los síntomas que yo tuve, uno por uno, con unos pocos días de retraso.

Basauri, y el barrio de El Kalero en concreto, donde usted reside, es uno de los lugares más afectados de Euskal Herria. ¿Nota miedo en los vecinos?

—Un poco sí. La primera víctima fue de El Kalero. La enfermera que murió atendió a ese hombre y creo que también han muerto otras dos personas€ Hay un poco de miedo, pero también cansancio. Deberíamos haber parado en seco todo. Hasta las tiendas. Ya nos recuperaremos luego. Es lo que creo que debíamos haber hecho.

—Lo hice por eso. Luego me llegó un aluvión de gente preocupándose por mí. Lo hice porque la ola sigue. Ya ha cruzado el charco. Y como tengo un montón de gente seguidora de Brasil, Argentina, Latinoamérica en general... y allí la sanidad está como está. Al principio cuesta cogerle la medida a esto, que a nosotros también nos costó, y lo hice para que no les pase y empiecen a ser precavidos desde ya. Que se protejan y protejan a los suyos.

¿Qué les diría a los irresponsables que salen a la calle sin ningún motivo justificado?

—No sé si tendrán personas mayores o de riesgo alrededor, pero me parece que están jugando a la ruleta rusa. No solo con su salud, sino con la de su gente. Cuando no conoces a nadie que le haya pasado igual no le das importancia, habrá hasta quien piense que es un cuento, pero es verdad. Doy fe de que es verdad. Y es una enfermedad rarísima. Es un bicho nuevo que no conocemos y que se va a quedar, además. Hay que tomar un montón de precauciones. Que la gente sea consciente y solidaria para no saturar la sanidad y los que están realmente enfermos, no solo de coronavirus, tengan su cama y la oportunidad de ser atendidos, que la sanidad la pagamos entre todos. Y los irresponsables que se han dedicado a recortar en sanidad me parece que tendrían que entonar el mea culpa,porque se ha visto que privatizar la sanidad y hacer recortes no lleva a nada bueno. Lo bueno es que la gente está siendo consciente de muchas cosas y tal vez esto sirva para cambiar el mundo y mejorarlo. De momento ya hemos bajado los niveles de contaminación.

¿Qué hace para combatir la cuarentena?

—La verdad es que se me han pasado bastante rápidos estos días. Entre estar dormitando, con el móvil en la mano€ Ahora que estoy mejor y sin fiebre a ver si puedo leer. También quiero ponerme con alguna película o serie, que la gente está recomendando muchísimas.

¿Y los vecinos?

—La verdad es que hay momentos muy bonitos. El viernes hubo una fiesta infantil. La gente se las ingenia para pasar la cuarentena. Yo porque estoy malita, pero cuando me ponga buena ya pensaré qué les ofrezco a los vecinos. Me falta la compañera de la triki, pero aquí hay un guitarrista.

"Los irresponsables que se han dedicado a recortar en sanidad me parece que tendrían que entonar el ‘mea culpa”