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Los hortelanos de corazón de Meatzaldea

Una docena de usuarios del taller Gallarreta disfruta trabajando la huerta gracias al proyecto Baratzea

Los hortelanos de corazón de MeatzaldeaFoto: E.Z.

Si pudiera condensarse en una jota la labor emprendida hace un año por el taller Gallareta Lantegiak de Meatzaldea, con su proyecto Baratzea como taller agro ocupacional de parte de sus usuarios sería algo así como: Gallarreta, Gallarreta, quien te ha visto y quien os ve. Antes hacíais cajitas y ahora nos dais de comer. Una encomienda agroalimentaria que tiene encandilados con el sector primario a una docena de usuarios habituales de este taller ocupacional que se desviven por mantener tanto el huerto como el gallinero que acoge el proyecto Baratzea que llamó la atención de la fundación Repsol que ha colaborado financieramente en su puesta en marcha.

Ecológico “Entre todos estamos haciendo un huerto ecológico en el que se han adoptado una serie de medidas para adaptar esta actividad a las personas del taller evitando grandes esfuerzos físicos, implementando un responsable riego por goteo y dotándolo de un amplia variedad de productos de temporada en el que se evita la utilización de productos fitosanitarios, en favor de la utilización del compost obtenido con los restos vegetales”, describe la tutora del taller, Raquel Uncillla que, al igual que los responsables del centro ocupacional, valora la especial dedicación de los participantes tanto al huerto como al gallinero en cuya encomienda hay un total de una decena de usuarios del Taller Gallarreta y los compañeros que se encargan de la elaboración de las cestas con los productos obtenidos.

“Ahora mismo tenemos acelgas, puerros, coles de Bruselas, guindillas, cebolletas, coliflores, calabacines y calabazas”, enumeran los alumnos del taller que no dejan de reconocer que “a pesar de que algunos días con lluvia es un poco duro, lo mismo que cavar, estar en el huerto es más divertido que estar en el interior”, reseñan los hortelanos que posan orgullosos con varias calabazas de hasta 50 kilogramos que han obtenido en esta su primera cosecha.

“El diseño del proyecto ha tenido en cuenta en todo momento la accesibilidad y la comodidad de cara a los que van a llevar las riendas del personal de Centro Ocupacional. Se ha adecuado el camino de acceso quitándole la pendiente, se han colocado bancales de cultivo y mallas antihierba para facilitar el trabajo al personal y tenemos el riego automatizado”, destacan los responsables del Taller Gallarreta que a día de hoy atiende a 90 personas con discapacidad a los que este proyecto permite aumentar el sentido de la responsabilidad, una mayor participación en el resto de las actividades, la concienciación de vida saludable, el cuidado del medio ambiente y el aumento de la motivación por venir al taller. Una taller en el que tiene un lugar especial el corral donde viven una docena de gallinas ponedoras que en manos de Gallarreta son las más mimadas de Euskadi.