Bilbao - Como en el aeropuerto. La nueva Termibus, cuyo nombre oficial será a partir de ahora Bilbao Intermodal, funcionará casi como la terminal de Loiu, ya que, como principal novedad, incorporará una línea de tornos para controlar el acceso de viajeros a la zona donde subirán a los autobuses. Además, superará en número de pasajeros, más de siete millones al año, a los casi seis millones con que terminará este ejercicio la terminal de La Paloma, e incorporará un estacionamiento para vehículos en las mismas instalaciones. 500 parcelas de aparcamiento en dos plantas por debajo del nivel donde se han habilitado treinta dársenas de autobuses que tendrán carácter rotatorio y que estarán abiertas a todos los conductores. Una situación de gestión idéntica a la que tiene el cercano estacionamiento, también subterráneo, de Torres Quevedo.
El Ayuntamiento de Bilbao presentó ayer con todo el boato necesario la nueva terminal de autobuses soterrada que entrará en servicio en una semana, a partir de la 6.00 de la mañana del próximo viernes. El alcalde, Juan Mari Aburto, junto a los ediles de Urbanismo, Asier Abaunza, y de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, desgranaron los detalles de unas instalaciones que serán inauguradas oficialmente el próximo miércoles. Un acto que dará paso a dos jornadas de puertas abiertas para que los mas curiosos y ansiosos conozcan la nueva infraestructura de transporte el miércoles, de 16.00 a 20.00 horas, y el jueves, de 10.00 a 14.00 horas. “Así todo aquel que lo desee se familiarizará con sus instalaciones, modernas, soterradas y seguras, y con su funcionamiento, muy diferente al de la antigua Termibus”, indicó el alcalde.
Los interesados podrán visitar las instalaciones con el asesoramiento de varios guías antes de que el jueves por la tarde tomen posesión de las dependencias las 25 empresas de transportes que operarán en Bilbao Intermodal. El objetivo es que a partir de la seis de la mañana del viernes los 30 autobuses y sus viajeros utilicen ya las nuevas dependencias soterradas abandonando la Termibus provisional que ha estado operativa los dos últimos años en el solar triangular cercano.
La principal novedad, a la que se tendrán que acostumbrar tanto usuarios como acompañantes, es que no se podrán despedir a los viajeros a pie de autobús. Una línea de tornos, similar a la existente en La Paloma antes de acceder a las salas de embarque, permitirá pasar solo a los pasajeros que tengan un billete con código QR, que expedirán las compañías de autobuses regionales e internacionales, o usen la tarjeta Barik que portan los clientes de las líneas de Bizkaibus, las cuales seguirán operando en la nueva terminal. En principio, los usuarios tendrán que pasar el torno entre diez y quince minutos antes de que parta su autobús.
Este nuevo sistema fue razonado por Asier Abaunza en base al hecho de que la estación está en dependencias subterráneas y requiere medidas de seguridad especiales. “No es lo mismo una instalación abierta en superficie que una bajo tierra, y más cuando es un nivel -2. Es una cuestión de aforo. No podemos pasar de una cifra estipulada de personas, que es la máxima para atenderlas adecuadamente en caso de que, por cualquier incidente, se necesite evacuar las instalaciones”. La fila de cinco tornos permitirá controlar el número de personas que hay en todo momento y “si se sobrepasa el aforo, se esperará hasta que vayan saliendo los autobuses”, explicó.
Los habituales de los trayectos del servicio foral interurbano de autobuses serán los usuarios más habituales de las instalaciones. El Ayuntamiento prevé que la mitad de los siete millones largos de usuarios anuales utilizarán las líneas de Bizkaibus. Ayer, el edil de Movilidad, Alfonso Gil, no quiso desvelar cuales serán esos servicios forales. Los dará a conocer el diputado foral de Transportes y Viabilidad, Miguel Ángel Gómez Viar, en el pleno de Juntas Generales que se celebrará horas antes de la inauguración de la terminal el próximo miércoles.
Los bilbainos que quieran conocer las instalaciones el miércoles y el jueves próximos se darán cuenta de que aún resta mucho trabajo por ejecutar. Aburto pidió ayer “más paciencia” a los vecinos de Basurto y a los usuarios, ya que “hasta dentro de un año las obras no estarán finalizadas totalmente”. Por ejemplo, aunque todos los servicios de la estación de autobuses estarán disponibles, de la plaza generada encima solo podrán ser utilizados la mitad de sus 7.500 metros cuadrados. El resto de superficie estaba siendo acotada ayer para convertirla en zona para acopiar material y maquinaria que permita concluir las obras del edificio en forma de L, cuya estructura externa ya está concluida.
Tres accesos para los usuarios Eso sí, el espacio disponible permitirá utilizar los tres accesos que dan paso a las dependencias bajo superficie. El principal estará ubicado en la misma plaza, en los bajos del edificio, en su zona izquierda según se mira desde la calle Luis Briñas. El segundo será un acceso directo desde el intercambiador de la estación de San Mamés, punto de encuentro de Metro y Renfe Cercanías, a través de un nuevo pasillo y sin necesidad de salir a la calle. El tercero, tendrá carácter restringido para los servicios de autobuses que circulen de madrugada.
Además, una semana después de que Bilbao Intermodal entre en funcionamiento, el estacionamiento de vehículos también estará disponible, con dos plantas a las que se llegará desde dos entradas independientes ubicadas en la zona de plaza disponible y sin necesidad de pasar por la instalaciones de la terminal.
Tras destacar que el soterramiento de Termibus eliminará el ruido y la contaminación que generaba hasta ahora la estación, el alcalde aseguró que “en un contexto como el actual, en el que las ciudades competimos unas con otras por situarnos en el panorama internacional, una infraestructura como la de Bilbao Intermodal nos va a dar un nuevo impulso”.