“Si nos toca, nos vamos todos de crucero con el premio”
Instalan una caseta para la venta de la ONCE en Alonsotegi, donde Víctor Luaces reparte suerte desde 2013
DESDE hace seis años ha pasado calor en verano y frío, pero este invierno será más llevadero para Víctor Luaces, que lleva seis años vendiendo el cupón de la ONCE en Alonsotegi. Desde hace unos días, una caseta instalada en la calle Areitzo le permite ponerse a cubierto de las inclemencias meteorológicas.
Problemas de salud en la columna vertebral imposibilitaron a este santurtziarra continuar con su antiguo trabajo. “Soy litógrafo, me tenían que operar sí o sí, pero la cosa se complicó...”, explica. Fue entonces cuando se incorporó a la ONCE, donde “es necesario acreditar al menos un 33% de discapacidad”.
En Alonsotegi “me recibieron con los brazos abiertos desde el primer momento, como un vecino más”. “Es un privilegio venir a trabajar, soy consciente de que no todo el mundo puede pronunciar esta frase”, añade.
Su jornada comienza temprano. Tras una ruta que abarca también Gallarta, Santurtzi o Portugalete, “sobre las 9.30 horas llego a mi puesto en el centro de Alonsotegi y aquí permanezco hasta las 13.30”. Hasta hace poco su puesto se encontraba a la intemperie, cerca de la sucursal de Kutxabank y, claro, “en la calle se pasa mal”, pendiente de los cambios de tiempo.
“El Ayuntamiento se ha implicado en las gestiones” encaminadas a que se pudiera instalar una estructura permanente justo enfrente de su anterior ubicación. En pleno punto de encuentro de bares y centros comerciales, a mano de las gestiones diarias. La fiel clientela de Víctor también agradece el cambio. “Acuden puntuales a por sus cupones, incluso tenemos una peña de Eurojackpot”, indica ante el asentimiento general.
Desde 2013 ha compartido con los vecinos la alegría de haber regado el municipio de boletos galardonados: “una vez dimos 100.000 euros y otra, 240.000”, detalla. Y ya han quedado de acuerdo en que “si nos vuelve a tocar nos vamos todos de crucero con el premio”.
Comarca afortunada No parece descabellado, a tenor de la fortuna de Enkarterri en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, el pasado 21 de septiembre la administración de la plaza del Marqués de Legarda de Balmaseda consignaba el primer premio de la Lotería Nacional por un importe de 840.000 euros compartiendo celebración con dos municipios de Sevilla y Valencia. Gran parte de los décimos afortunados se vendieron en el bar Itzala, de la vecina localidad de Zalla.
El 12 de noviembre del año pasado el golpe de suerte llegó al núcleo urbano de Sodupe, perteneciente a la localidad de Güeñes. En la calle Zelaieta se despachó el boleto ganador de cinco cifras y la serie de una de las extracciones secundarias del sorteo extraordinario 11/11. El vendedor también distribuyó premios de 2.500 euros a 49 cupones. “Anoche me enteré de que había dado este premio y a primera hora de la mañana han venido clientes reclamando algunos de los premios, aunque aún no ha aparecido nadie que pida el millón de euros. Sé que vendí algunos de los cupones en un restaurante cercano”, detallaba Fernando Catálan, al cargo del puesto.
En localidades pequeñas donde todos se conocen poco duró la incógnita sobre la identidad de la persona que, más que agujeros, podrá tapar grandes socavones con semejante pellizco. “¡Claro que sabemos quién es! Es muy conocido en la zona”, deslizan en Alonsotegi sobre el agraciado o agraciada comprometiéndose a guardar el secreto.