Santurtzi - La gran mayoría del cuerpo sólido sobre el que se afianza la nueva superficie ganada al mar ha surgido de su propio fondo. En concreto, de una zona relativamente cercana a las instalaciones portuarias, donde la labor de una de las dragas más grandes del mundo ha permitido extraer 6,5 millones metros cúbicos de arena.

Una excavación de la draga Ham 318 que vino con sorpresa en forma de obuses de la Guerra Civil. El presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Barkala, explica que “en tres ocasiones diferentes se han sacado otros tantos obuses tras succionarlos del fondo las mangueras de la draga”.

El operativo desplegado en cada una de las ocasiones ha sido siempre el mismo. Tras detectar su presencia en las bodegas donde se depositaba la arena recogida, se activaba el protocolo establecido para estos casos, dando aviso a la Armada para que sus artificieros certificaran el estado de la munición y se hicieran cargo de la misma. “En ningún momento ha habido riesgo de explosión”, aseguró Barkala a DEIA.

Con toda probabilidad, los tres obuses hallados son producto de la batalla naval ocurrida en marzo de 1937 entre el crucero franquista Canarias, el bou Gipuzkoa de la marina auxiliar del Gobierno vasco y las baterías de costa ubicadas en Punta Lucero, en Zierbena, y Punta Galea, en Getxo, una escaramuza previa a la conocida batalla de Matxitxako, ocurrida un día después frente a la costa de Bermeo.

Estos incidentes fueron casi los únicos que se registraron en una operativa marina que podría haberse complicado si se hubiera registrado mal estado de la mar, una situación ausente debido a la buena climatología registrada entre el 18 de octubre y el 14 de febrero, y entre el 12 y el 20 de marzo. Dos periodos de trabajo de 24 horas al día que se vieron interrumpidos exclusivamente por una avería grave de la draga que obligó a trasladarla a puerto para su reparación.

Tres fórmulas Cada jornada que estuvo activa la espectacular embarcación efectuó entre dos y 2,5 viajes de media en función del tiempo necesario para depositar su carga en la zona del espigón.

Para esta labor fueron utilizadas tres fórmulas diferentes. Al principio se llevó a cabo un vertido directo del material, abriendo el fondo de los depósitos de la draga y dejando caer la arena en bruto. Una vez que el nivel del relleno fue elevándose desde el fondo, se utilizó un difusor ubicado en proa que lanzaba el material hacia la zona perimetral más vacía. Finalmente, se utilizó el bombeo por una tubería flotante para acceder a las zonas más alejadas del perímetro ya cerrado. - A. G. A.